Panamá, 4 de febrero 2021
El auto confinamiento de la mano con la cuarentena y otras limitaciones de movilidad tiene impactos nefastos. Quizás de las pocas cosas buenas que estas restricciones traen es que la ola de carteristas que gravitaba las calles se ha visto disminuida. Los números muchas veces dicen más que una simple cifra y las acciones que esas cifras conllevan pueden acarrear consecuencias inimaginables. Por ejemplo: la cancelación de los carnavales era una acción obligatoria para la actual administración ante la crítica situación que vivimos. Pero, sabemos cómo seguramente se disparará la criminalidad en nuestras calles producto de esta decisión? El carnaval daba el espacio para la generación de ingresos a miles de personas que dependían de la carne en palito, la empanada y la cerveza para adquirir los útiles escolares de sus hijos. Este año 2021, sin carnavales, sin escuela presencial, el ciclo de pobreza solo empeorará.
El movimiento libre en las calles sin limitación de género de la mano de un delicado aumento en el desempleo formal solo puede llevar a más informalidad. Esa informalidad que no garantiza certeza de llevar sustento a casa. Al combinar la desesperación por el bono solidario o el vale digital que no alcanza con menos capacidad de compra en la calle por falta de dinero disponible para comprar, para gastar, pues no nos debe sorprender que cada día que pase aumente la criminalidad callejera y que historias de atracos a mano armada se conviertan en la noticia diaria.
La reapertura de los restaurantes se ha adelantado una semana para el próximo lunes 8 de febrero. Las medidas sin fundamento en la ciencia han sido eliminadas como el requerimiento de mamparas en todas las mesas. Las guerras que libran miles de empresarios todos los días contra el sentido común y la poca demanda siguen a la orden del día sin claridad en el futuro cercano.
La criminalidad callejera está por aumentar. Sea cuidadoso al salir, asegurándose de cerrar su vehículo inmediatamente salga del mismo. Cuídese. Sigamos practicando con vehemencia las medidas de bioseguridad y sigamos librando la batalla contra el temible virus con dignidad, con ganas y con deseos de rápidas recuperaciones financieras que permitan crecer como nos gusta como necesitamos para llegar a ser un país menos desigual.
FUENTE: Redacción Eco