La situación de la infancia en Panamá es "altamente desigual", con grupos específicos como los indígenas que requieren de inversiones centradas en asegurar su inclusión y bienestar, según reveló este miércoles un informe de Unicef sobre los niños, niñas y adolescentes en el país.
"A pesar de los importantes avances para la protección de niños, niñas y adolescentes, Panamá continúa siendo un país altamente desigual, donde grupos específicos de NNA requieren inversión focalizada e intervenciones diseñadas específicamente para garantizar su inclusión y asegurar su bienestar", subraya la primera de las recomendaciones del informe.
En esa recomendación destaca que "los NNA indígenas fuera y dentro de las comarcas viven en condiciones significativamente peores que el promedio nacional", para lo cual recomienda "reforzar la implementación de programas y políticas con enfoque intercultural", y programas para asegurar que los menores de esta población "excluidos del sistema educativo regresen a él".
El documento es presentado este miércoles por Unicef, el Ministerio panameño de Desarrollo Social (Mides) y el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Inec), con motivo de la conmemoración del 35 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño y Día Mundial de la Infancia.
Análisis de los datos censales
De acuerdo con los datos demográficos arrojados por el Censo y analizados en el informe, en Panamá residen 4.017.507 personas en hogares particulares, de las cuales 1.224.137 son menores de 18 años, lo que representa el 30 % de la población total, de los cuales 51 % son niños y 49 % niñas. Según el autorreconocimiento étnico, de ellos 23 % son indígenas y 26 % afrodescendientes.
En gran parte de los indicadores analizados, indica el estudio, los menores indígenas "viven con mayores privaciones en comparación con los otros grupos étnicos": sin acceso a seguridad social (21 %) ni a agua segura (43 %), mayor exclusión educativa (15 %), y 7.474 niñas y adolescentes indígenas entre 15 y 17 años son madres (11 %), 70 % de las cuales están fuera de la escuela.
El análisis revela igualmente que 14.364 (4 %) adolescentes entre 10 y 19 años "son o fueron madres", mientras que el "59 % de las adolescentes madres es de etnia indígena".
En cambio, en otro renglón se destaca que el acceso a transferencias monetarias "es mayor en NNA indígenas (28 %) en comparación con los NNA de otras etnias (no afro ni indígenas), donde alcanza al 7 %, al igual que en los NNA afrodescendientes".
Un país desigual
En el informe se menciona que Panamá está "entre los países más desiguales de América Latina (...) en términos de ingresos, acceso a servicios y oportunidades". Una desigualdad que considera tiene un "impacto profundo en la niñez".
El análisis consigna en ese sentido que en Panamá "miles" de niños, niñas y adolescentes "experimentan privaciones que condicionan sus posibilidades de desarrollo a lo largo de la vida", ante lo cual, señala, "son necesarias inversiones sostenidas para garantizar el cumplimiento pleno de sus derechos".
Así, aunque con "significativos avances" en estos 35 años (los mismos que la convención del niño) como lo es que "el 93 % de los niños está en la escuela; la primaria es casi universal; las tasas de registro de nacimiento son muy altas, 97,4 según el censo", el informe presenta los "desafíos" del país "que se concentran en algunos grupos de mayor vulnerabilidad", dijo a EFE la especialista de monitoreo y evaluación de Unicef en Panamá, Anilena Mejía.
En el caso de la niñez indígena, Mejía indicó que hay algunos elementos relacionados con el registro de nacimiento que alcanza a la mayoría de los niños, con el 77 % que no están registrados "pues son indígenas", esto, señaló, a pesar de que la educación primaria en el país "es casi universal".
Esto representa a 19.058 niños, niñas y adolescentes indígenas sin registro de nacimiento de los 24.636 en todo el país.
En cuanto a los servicios básicos, resaltó que también la niñez indígena "presenta condiciones más desfavorables que el resto y más que nada relacionados con acceso a agua y a saneamiento adecuados".
El estudio presentado por Unicef detalla al respecto que 3 de cada 5 niños y niñas indígenas vive en hogares sin acceso a agua segura; 1 de cada 3 sin energía eléctrica; 2 de cada 6 sin acceso a internet; 1 de cada 5 sin acceso al seguro social.
Mejía sostuvo que es muy importante asegurar el acceso a estos servicios a través de respuestas multisectoriales muy enfocadas en la comunidad, para lo cual, dijo, "en Unicef estamos en este momento trabajando con el Mides en un modelo de servicios integrados a nivel comunitario para que las instituciones trabajen articuladamente para identificar a los niños con mayor vulnerabilidad".