Las calles de Brooklyn se vistieron este sábado con los colores rojo, azul y blanco de la bandera panameña durante la celebración del Panama Day Parade, un evento que por tres décadas ha mantenido viva la identidad nacional entre los miles de panameños que residen en Estados Unidos.
El desfile estuvo encabezado por Maricel de Mulino, primera dama de Panamá, y la ministra de Cultura, María Eugenia Herrera, quienes compartieron con orgullo el espíritu patriótico de la diáspora panameña en Nueva York.
Herrera destacó el valor de estas nuevas generaciones que, aunque nacidas fuera del istmo, mantienen en su corazón los colores de la bandera panameña.
La titular de Cultura también aprovechó la ocasión para reconocer la hospitalidad del país anfitrión:
“Aprovecho esta ocasión para reconocer la hermandad de esta nación: Los Estados Unidos de América, que abrió sus puertas a personas de otros países, a este pueblo que quiere conocer la historia de ciudadanos del mundo que celebran su patrimonio cultural y que la comparten con gratitud”, concluyó.
Tres décadas de tradición y orgullo panameño
El Panama Day Parade cumplió 30 años reuniendo a panameños de segunda y tercera generación, muchos de ellos nacidos en suelo estadounidense, pero profundamente conectados con su herencia cultural.
Durante el desfile, 21 delegaciones viajaron desde Panamá para unirse a las agrupaciones residentes en Estados Unidos. Entre los participantes estuvieron colegios como el Episcopal San Cristóbal, Naciones Unidas, Preparatory School y Panamá para Cristo, además de conjuntos como Proyecciones Folklóricas Sentir de Educador, Cultura y Tradiciones de Trabajadores Sociales y los icónicos Diablicos Sucios Juan Bosco.
El ambiente festivo se extendió a todo el vecindario, donde artesanos y emprendedores panameños ofrecieron productos típicos, mientras la jornada cerró con música en vivo de Los Beachers y Ulpiano Vergara, quienes pusieron el broche de oro con sus inconfundibles ritmos nacionales.
La primera dama Maricel de Mulino, junto a la ministra Herrera, embajadores y cónsules panameños, acompañaron la celebración desde las gradas oficiales, compartiendo el orgullo de ver flamear la bandera panameña en uno de los barrios más vibrantes de Nueva York.