La necesidad de que Panamá consolide una política exportadora sólida, sostenida y basada en la educación y la tecnología, fue el eje del análisis compartido por Guillermo Villarreal - fundador de Grupo Decolosal, y el economista Carlos Araúz, durante el programa Economía Inteligente. Ambos coincidieron en que el país tiene el potencial para posicionarse como un actor clave en el comercio internacional, siempre que se garantice estabilidad, formación y una visión de Estado.
El líder empresarial insistió en que Panamá requiere reglas claras y una infraestructura moderna, pilares que permitan atraer inversión y aumentar su capacidad productiva.
“Necesitamos sobre todo reglas claras, que no cambien de la noche a la mañana, y que mejoremos la infraestructura nacional para ser el país más competitivo”, expresó.
Alloza fue enfático al recordar que la verdadera transformación social y económica solo puede surgir de la formación integral.
“Es imposible sacar de pobre al panameño por decreto. Lo que tenemos que hacer es con educación, en capacitación y, por supuesto, con educación integral”, añadió Villarreal, destacando que los desafíos actuales del comercio exterior exigen procesos de alta tecnología y capital humano capacitado.
Crecimiento económico
Por su parte, el economista Carlos Araúz complementó esta visión al destacar el papel estratégico de las exportaciones dentro del crecimiento económico nacional.
Araúz recordó que las exportaciones no solo fortalecen la competitividad, sino que también generan divisas, empleo formal y valor agregado para el país.
“Históricamente, Panamá se conoce como un país importador, pero las exportaciones panameñas han venido ganando mucho valor e interés de mercados internacionales”, apuntó.
El economista explicó que Panamá está dejando atrás su imagen de economía basada únicamente en servicios financieros, legales y logísticos, y está apostando por la producción innovadora y tecnológica.
“También, en su justa dimensión, los servicios son exportaciones, pero es el producto terminado, ese que agrega valor, el que ha ganado cada vez más interés. Panamá no se ha quedado atrás; ha decidido invertir en tecnología y en capacitación de gente para poder entonces competir”, concluyó Araúz.
Ambos expertos coincidieron en que la educación, la estabilidad jurídica y la tecnología deben convertirse en los tres pilares del nuevo modelo de desarrollo panameño, si el país aspira a consolidarse como un exportador competitivo y sostenible.