Agentes antimotines dispersaron con gases lacrimógenos a una muchedumbre de panameños que protestó este jueves cerca de la Presidencia de Panamá, en la capital, contra el gobierno por haber firmado un contrato con el gigante minero canadiense First Quantum Minerals.
La manifestación recorrió, a ratos bajo la lluvia, la estratégica Avenida Balboa hasta llegar al corazón del Casco Viejo, pero tras el lanzamiento de gases, dio marcha atrás, se agrupó de nuevo y se enrumbó hacia las zonas del centro financiero y exclusivos sectores residenciales del este de la ciudad.
El movimiento de protesta estalló el pasado el viernes luego de que el presidente Laurentino Cortizo sancionara la ley que establece el contrato minero, aprobada pocas horas antes por el Congreso, y que permite a la compañía canadiense operar en Panamá, la mina de cobre más grande de Centroamérica.
Las protestas exigen la derogación de esa ley que selló el acuerdo firmado este año entre la minera y el gobierno, negociado después de que la Corte Suprema de Justicia declarara inconstitucional en 2017 el contrato de explotación original.
Los manifestantes consideran que el nuevo contrato minero también es "inconstitucional" y que la actividad minera representa una amenaza para el medio ambiente.
Por su parte, el gobierno lo defiende argumentando que contempla aportes mínimos anuales de la minera al Estado por 375 millones de dólares, diez veces el monto del acuerdo inicial.
Además, la empresa y el gobierno señalan que la mina genera 8.000 empleos directos y 40.000 indirectos, y aporta el 4% del PIB a la economía panameña.
El contrato minero permite a la minera operar en Panamá por 20 años, prorrogables a otros 20. Desde febrero de 2019 la mina a cielo abierto, situada en la costa del Caribe, produce unas 300.000 toneladas de concentrado de cobre al año.