Yair Velásquez, portavoz de la organización Jóvenes Unidos por la Educación, emitió declaraciones sobre los desafíos cruciales que enfrenta el Ministerio de Educación (Meduca) en Panamá y que estará una vez más bajo el mando de Lucy Molinar, ministra designada de Educación.
El representante detalló que, tras el impacto de la pandemia de COVID-19, los desafíos se han multiplicado considerablemente. En este sentido, subrayó la importancia de abordar integralmente la finalización exitosa de las trayectorias educativas, incluyendo niveles universitarios, con el objetivo de preparar a los estudiantes para su inserción en el mercado laboral.
Desafíos más apremiantes
Según un informe elaborado por Jóvenes Unidos por la Educación (JUE) y el Laboratorio Internacional de Incidencia Ciudadana, estos son los desafíos más apremiantes que enfrenta el sistema educativo en Panamá:
Gestión e Inversión: Se destaca un modelo de gestión e inversión que influye en la calidad y equidad de los aprendizajes. La asignación inadecuada de recursos y los procesos burocráticos han afectado negativamente la eficiencia del proceso educativo.
Calidad y Equidad: Se demanda una nueva institucionalidad para garantizar la calidad educativa. La falta de participación de la sociedad civil, junto con la disparidad en la calidad educativa entre diferentes centros educativos, resalta la necesidad de un enfoque más equitativo y participativo.
Formación Pertinente: Se identifica una escasa cobertura en primera infancia y educación inicial, así como una obsolescencia en los contenidos programáticos. Además, se señala la necesidad de una formación integral que aborde no solo lo académico, sino también la diversidad y la conciencia ambiental.
Más Investigación, Desarrollo e Innovación: Se destaca la falta de capacidad en investigación, desarrollo e innovación, así como la escasez de docentes especializados en áreas científicas y tecnológicas.
Formación Docente: Se subraya la insuficiente formación inicial y continua de los docentes, así como la falta de incentivos para elegir la carrera docente y retener a educadores en tareas formativas.
En conclusión, los desafíos educativos en Panamá son evidentes y requieren medidas urgentes para mejorar la calidad y equidad del sistema educativo. A pesar de algunos avances, es necesario un compromiso serio y acciones concretas para abordar estas deficiencias y garantizar un futuro educativo próspero para todos los panameños.