Luego de más de 500 días de clases perdidas por pandemia y huelgas, el sistema educativo panameño enfrenta una de sus mayores crisis. Sin embargo, también hay oportunidades de mejora. Así lo plantea José Alejandro “Jackson” Rodríguez, vocero de Jóvenes Unidos por la Educación, quien en entrevista con este medio reflexionó sobre el rezago, las brechas en competencias básicas y el rol fundamental de la escuela como espacio seguro y transformador.
Retos en la educación panameña
Rodríguez insiste en que, aunque hay avances en comprensión lectora, las deficiencias en lectura, escritura y matemáticas afectan a más del 50% de los estudiantes en primaria. Por ello, urge enfocarse en un currículo priorizado que garantice derechos fundamentales de aprendizaje, incluyendo pensamiento crítico, convivencia pacífica y trabajo en equipo.
Además, recuerda que ya existen herramientas, como el Consejo Permanente Multisectorial para la Implementación del Compromiso Nacional por la Educación (COPEME) y programas como “Aprendamos todos a leer”, que pueden rescatarse y aplicarse sin necesidad de reinventar la rueda. El llamado, dice, es claro: apoyar a los docentes, usar la hoja de ruta disponible y centrar los esfuerzos en no dejar a más jóvenes atrás.