Una abrupta crecida de los ríos a inicios de semana detuvo momentáneamente el paso de los migrantes en medio de la selva del Darién.
Es un flujo incesante de migrantes que llegan desde Sudamérica camino hacia Estados Unidos y atraviesan el peligroso Tapón del Darién. Ya ha alcanzado cifras históricas y podría cerrar el año con medio millón de desplazamientos.
La accidentada ruta se ha vuelto cada vez más rápida y organizada de transitar por los grupos que han encontrado en la migración un negocio que mueve millones de dólares, de acuerdo con las autoridades y los propios extranjeros, y que cobran por cada cosa que se necesita para sortear la jungla. Lo que antes tomaba una semana de recorrido, ahora hay quien lo hace en dos o tres días, según los relatos de los migrantes.