El consulado honorario de Ucrania en Panamá conmemoró el lunes el tercer aniversario del comienzo de la guerra en su país por la invasión rusa, un evento en el que se mostraron optimistas sobre el fin de la ocupación y la esperanza de que, en el próximo aniversario, se hable de la paz y de cómo se logró.
El cónsul recordó que a la hora de negociar la paz, "Ucrania va a aceptar un acuerdo justo para ellos en el que esté, claro está, Ucrania en la mesa", y dijo que aunque en las primeras conversaciones entre Estados Unidos y Rusia no se contó con las autoridades ucranianas, al menos "es un inicio", viéndolo personalmente como "el inicio de algo formal".
Vukelja dio estas declaraciones tras la rueda de prensa que celebró en el reducido consulado honorario del que disponen en el país centroamericano, a la espera de que, como se anunció el pasado septiembre, abran este año una embajada en Panamá que "servirá como conexión con el resto de Latinoamérica tanto en el aspecto diplomático como comercial", según había adelantado el Gobierno panameño.
Mientras tanto, en el consulado mostraban una exposición fotográfica del primer año de la ocupación: "Este es el resultado del primer año de la guerra, cómo ataca Rusia. Rusia no está invadiendo, Rusia está exterminando, lo que vemos aquí en las fotos. Ahí vemos fosas comunes que están allá, muchas familias y niños", subrayó.
Acompañándole en la comparecencia de prensa se encontraba el diputado panameño del Parlamento Centroamericano (Parlacén) José Ramos, y Natalia Bischuk, que pertenece a la diáspora ucraniana en Panamá.
Ramos explicó que participó "con 50 diputados y senadores de América Latina en una conferencia interparlamentaria con el Parlamento ucraniano" y se refirió a la incorporación de la Duma Estatal y Consejo Federal de la Federación de Rusia como Estado Observador Permanente del Parlacén el pasado septiembre.
El diputado votó en contra de esa incorporación, exponiendo el "peligro que es el tipo autoritario que tienen como país para ser incorporado observador a un parlamento que se origina con fines de paz", y culpó a Nicaragua de liderar ese apoyo a Rusia dentro del Parlacén.
"Mi mamá está jugando una ruleta rusa"
Natalia Bischuk explicó por su parte a EFE que procede de la ciudad meridional de Jersón, una de las más afectadas por la guerra, y aunque ella hace años que no regresa, allí permanece su madre, que va a cumplir 85 años.
"Ella está cuidando un perro, por eso ella no quiso salir de la ciudad, porque ella tiene ese perro que lo quiere mucho. De hecho ella salió y regresó, porque dice: 'No hay mejor que una casa'. Para una persona mayor es tan difícil sacarla de su lugar. De hecho, la mayoría que vive en Jersón son gente mayor", relata Bischuk.
Cuenta que su hermana y su sobrina sí lograron salir y que ahora se encuentran en Irlanda. Su padre falleció antes del conflicto, y mejor así, dice, porque él era "muy emotivo" y le costaría soportarlo, su madre es más "estoica".
A veces, en su vecindario, caen bombas, explica: "Destruyó al lado el edificio de mi mamá. Fue horrible. De cuatro pisos se quedaron solamente dos. Mi mamá está jugando una ruleta rusa".