El Canal de Panamá inauguró este miércoles un laboratorio de análisis de la calidad del agua potable de su cuenca, que es usada para el consumo de la mitad de la población del país, en medio de la crisis hídrica que afronta la vía por la severa sequía derivada del fenómeno El Niño.
Nuevo laboratorio
Ese laboratorio, ubicado cerca de las esclusas de Miraflores -ubicadas en el Pacífico panameño y las más cercanas a la capital-, se usará para medir y analizar el agua de la cuenca del canal, principalmente del Lago Gatún y Alahueja, los dos artificiales que sirven tanto a la vía como para el consumo de unos 2,5 millones de habitantes, de 4 millones que hay en el país.
Agregó que otra función de ese laboratorio es que el agua pase los controles para ser potabilizada porque "la calidad del agua es importante, ya que es la fuente primera del consumo humano" y esa medición permite a su vez "prevenir la contaminación" en los lagos, ríos y quebradas que desembocan en el Canal.
Agua para los panameños
El Canal de Panamá "surte" agua para el 58 % de la población panameña, "el agua cruda viene de los lagos del Canal de Panamá", una parte la procesa el Gobierno y otra la vía, recordó el administrador.
Crisis hídrica
El Canal de Panamá, por el que pasa alrededor del 3 % del comercio mundial e inaugurado en agosto de 1914, sufre una crisis hídrica debido a la prolongada sequía, que llegó a bajar los niveles de agua del principal lago que sirve a la vía y reducir el número de tránsitos diarios, que este mes pasarán de 24 a 27, pero aun lejos de los 36 en condiciones óptimas.
Esas restricciones de los tránsitos diarios provocaron a su vez el embotellamiento de buques, con hasta 160 naves en espera, principalmente sin reserva, es decir, sin un cruce programado, durante varias semanas desde agosto pasado y que navieras decidieran usar otras vías ante las dificultades de cruzar el Canal.
Como consecuencia, se esperan que mermen en 800 millones de dólares los ingresos por peajes en este año fiscal, como afirmó en enero pasado a EFE el administrador de la ACP, Ricaurte Vásquez.
La actual crisis se deriva del déficit de los lagos Gatún (1913) y Alhajuela (1935), por ello la administración de la vía ya ha identificado proyectos para garantizarse el recurso hídrico, pero su concreción depende de decisiones del Gobierno panameño.