El defensor del pueblo, Eduardo Leblanc, advirtió que la situación social en Panamá ha llegado a un punto crítico. En entrevista con este medio, señaló que la combinación de subsidios ineficientes, falta de inversión estructural y respuestas tardías ha profundizado el malestar ciudadano.
La educación, al borde
La crisis educativa ha sido uno de los detonantes principales de las recientes protestas. Para la Defensoría del Pueblo, la pérdida de clases es inaceptable. “No podemos dejar a nuestros niños fuera del aula. Muchas veces, ese es el único espacio seguro que tienen”, enfatizó.
Sobre la decisión de la Contraloría de suspender el pago a más de 15 mil docentes que no asistieron a clases durante el paro, Leblanc informó que se abrió una investigación de oficio. “Estamos analizando si se están vulnerando derechos humanos. Pero también hemos visto casos en que se ha impedido a los docentes regresar a sus aulas. Hay que buscar un punto medio”.
Tensión en Bocas del Toro
Una de las mayores preocupaciones del defensor es la situación en Bocas del Toro, donde la paralización de la industria bananera amenaza con dejar sin empleo a miles. “Más de 6 mil personas están afectadas directamente. Esto es una bomba de tiempo social”, alertó.
Recordó lo ocurrido en Puerto Armuelles tras la salida de Chiquita Banana, donde una fallida reestructuración dejó una deuda millonaria sin recuperar. “No podemos repetir los errores del pasado”, dijo. Propuso que iglesias y universidades sirvan como mediadores para encauzar un diálogo urgente.
Uso de la fuerza bajo la lupa
Sobre las denuncias de represión, Leblanc informó que la Defensoría ha abierto 29 investigaciones en todo el país. “Estamos evaluando el uso de armas no letales y gases lacrimógenos. Hemos recogido evidencia y hablamos directamente con las víctimas y sus familias”.
En cuanto a rumores sobre un menor fallecido durante las protestas, fue contundente: “Verificamos en hospitales y morgues. No hay ningún niño de 12 años fallecido en esas condiciones. Ese tipo de desinformación solo alimenta el conflicto”.
“Hay que reconstruir la confianza”
Para el defensor, Panamá enfrenta no solo una crisis política o económica, sino un profundo desgaste social. “Hay mucho dolor acumulado. La gente está cansada de esperar. Pero si no se reconstruye la confianza entre instituciones y ciudadanos, esto va a seguir escalando”, concluyó.