El doctor en Demografía, Enrique Peláez, presentó los resultados del estudio aplicado en Panamá con la metodología del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA). El objetivo: entender los cambios en natalidad, mortalidad y migraciones, y cómo estos transforman la estructura poblacional del país.
Contraste visible: rascacielos y desigualdad
Según el especialista, Panamá sigue la tendencia regional: América Latina es la región más desigual del mundo.
Ventana demográfica
El país atraviesa la llamada transición demográfica: menos nacimientos y mayor concentración de población joven en edad productiva. Esto abre una “ventana de oportunidades” conocida como bono demográfico, que se extenderá hasta el 2038.
Pero el riesgo es claro: “Hay 120 mil niños y adolescentes fuera del sistema educativo. Si no están preparados para empleos de calidad, ese bono puede perderse”, advirtió Peláez.
Desigualdades marcadas en comarcas
El estudio revela que la deserción escolar alcanza el 25% en regiones indígenas, frente a cifras mucho menores en áreas urbanas. A esto se suma la alta tasa de embarazo adolescente, hasta cuatro veces más que en la ciudad.
Envejecimiento y nuevos retos
Además de la juventud excluida, Panamá comienza un proceso acelerado de envejecimiento poblacional. En 15 a 20 años se intensificarán cuatro grandes desafíos:
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Sostenibilidad del sistema de pensiones.
Respuesta del sistema de salud ante mayor demanda.
Red de cuidados para personas mayores.
Ciudades y transporte adaptados a una población longeva.
Educación y becas bajo la lupa
Peláez también cuestionó la efectividad de la beca universal: “El problema mayor está en la deserción después de los 15 años. Hay que evaluar dónde funciona y dónde fracasa”.
Muchos adolescentes, dijo, abandonan la escuela para trabajar en empleos informales o por falta de expectativas: “Si no ven que estudiar les cambia la vida, dejan los estudios”.