El tema es preocupante. En Panamá se suman por mes 1,000 "ninis", es decir personas que ni estudian, ni trabajan, adicional a esta situación unos 120,000 niños, niñas y jóvenes están excluidos del sistema educativo, así lo reveló un informe del Fondo de las Naciones Unidas. El diagnóstico ya se sabe.
Muchos talentos se han perdido y se siguen perdiendo por falta de oportunidades y de políticas públicas adecuadas, a dónde van a dar esas personas que no trabajan ni estudian, la realidad es cruda y dura, algunos formarán parte del mundo criminal.
José Clemente Lasso, director del departamento de sociología de la Universidad de Panamá (UP), manifestó con preocupación las debilidades que presenta el país.
"El sistema más allá de atraerlos los expulsa, principalmente por el tema que no hay oportunidades laborales, no hay espacios culturales ni deportivos o los espacios deportivos se constituyen en espacios de violencia. En efecto tienes a un joven con alto nivel de riesgo que puede prestarse hacia las oportunidades que generan el crimen organizado".
Un sistema excluyente
Yair Velásquez, es un incansable luchador por la educación, reconoce la correlación que existe entre la exclusión del sistema educativo y la criminalidad.
"Hay factores asociados, hay una correlación fuerte entre la exclusión del estudiante, termina en la parte de criminalidad. Hay que mencionarlo, que eso sucede desde antes de la pandemia donde la oferta ya estaba teniendo problemas con los estudiantes que desertaban", señaló Velásquez.
Cómo mencionamos el diagnóstico ya está dado, la interrogante es: ¿Qué harán los tomadores de decisiones?
Para el país la generación de 'ninis' y la exclusión de niños y jóvenes del sistema educativo, es una bomba de tiempo, que significa jóvenes que no van cotizar frente a una Caja de Seguro Social (CSS), van a ser candidatos a recibir subsidios y candidatos a que organizaciones criminales los recluten.