El papa Francisco, que se recupera de una bronquitis, salió este viernes a las calles de Roma para darse un baño entra las multitudes con ocasión de la festividad de la Inmaculada Concepción.
En un día frío y gris, el papa se acercó a la multitud en su silla de rueda para estrechar las manos de los turistas y los romanos apostados detrás de una barrera.
Jorge Bergoglio llegó con bastón delante de la escultura y rezó "por todos los pueblos oprimidos por la injusticia y la pobreza y que padecen la guerra".
A medio día, el pontífice tuvo su primera comparecencia en la ventana de la plaza de San Pedro desde finales de noviembre, después de que una bronquitis lo obligara a guardar reposo y a rezar la plegaria del Ángelus desde su residencia.
El pontífice tuvo que cancelar su viaje a Dubái para participar en la cumbre del clima de la ONU (COP28) a principios de diciembre debido a la infección.
El papa ha padecido en los últimos tiempos de una salud frágil, se ha conocido que sufre un dolor agudo en las rodillas; además, tiene problemas en las caderas y en el colon. En junio se le practicó una cirugía abdominal y en marzo estuvo ingresado por problemas respiratorios.