El Papa Francisco ha renovado su gabinete de cardenales asesores de todo el mundo, designado un puñado de nuevos miembros y confirmado a otros para ayudarle a gobernar la Iglesia.
Sin embargo, el papa jesuita evidentemente apreciaba la oportunidad de consultar regularmente a un pequeño número de cardenales escogidos por él, que representaban la iglesia en cada continente, y decidió conservar el gabinete, aunque con algunos miembros nuevos.
Dos son jerarcas importantes de la Santa Sede: el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, y el jefe de la Ciudad Estado del Vaticano, cardenal Fernando Vergez.
Los miembros confirmados esta vez son los cardenales Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, Congo; Oswald Gracias, arzobispo de Mumbai, India, y Seán Patrick O’Malley, arzobispo de Boston.
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Las reuniones de dos o tres días se realizan varias veces al año en el Vaticano. La próxima está prevista para el 24 de abril.
Las tareas principales de un cardenal son asesorar al papa y elegir a uno nuevo. En el pasado, los pontífices se reunían con los cardenales individualmente o en grandes reuniones ocasionales llamadas consistorios. La novedad del Consejo de Cardenales es que Francisco dio estatus formal a un grupo de consulta pequeño e íntimo con representantes de la iglesia global.