El enviado del papa Francisco para la paz en Ucrania, el cardenal Matteo Zuppi, se reunió este jueves en Moscú con la comisionada rusa para la infancia, Maria Lvova-Belova, bajo orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) por la presunta "deportación ilegal" de menores ucranianos.
Tanto ella como el presidente Vladimir Putin están desde marzo bajo orden de arresto de la CPI, que los considera sospechosos del "crimen de guerra de deportación ilegal" de menores ucranianos durante la ofensiva rusa en el país vecino.
Moscú rechaza esas acusaciones, y dice haber "salvado" a esos niños de los combates y haber puesto en marcha procedimientos para reunirlos con sus familias.
El cardenal Zuppi, que llegó a Moscú el martes, también se reunió con el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, Cirilo, en un encuentro poco común entre responsables del clero de ambas confesiones.
El cardenal Zuppi es miembro de la comunidad católica de Sant'Egidio, que hace las veces de canal diplomático informal del Vaticano, y viajó a Kiev los días 5 y 6 de junio.
Aquella visita no permitió avances en la resolución del conflicto, pero el presidente ucraniano Volodimir Zelenski estimó que "la Santa Sede puede aportar una contribución eficaz" a la liberación de prisioneros de guerra ucranianos, y al regreso de los niños "deportados" según Kiev hacia territorio ruso.
Kiev estima que al menos 20.000 menores fueron llevados ilegalmente a Rusia.
"La misión que el papa Francisco ha confiado a su eminencia el cardenal Zuppi es identificar y alentar iniciativas humanitarias que permitan emprender un camino que, esperemos, pueda conducir a la tan ansiada paz", explicó a la prensa el nuncio apostólico en Rusia, Giovanni D'Aniello, citado en el canal de Telegram de la Santa Sede.
En Moscú, Zuppi se entrevistó el miércoles con el consejero diplomático del Kremlin, Yuri Uchakov. Este jueves presidirá por otro lado una concelebración eucarística en la catedral católica de Moscú, antes de regresar a Roma el viernes.
La visita de Zuppi es la primera que realiza a Moscú un alto responsable del Vaticano desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania en febrero de 2022.