El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó este lunes "de espionaje" y "conspiración" a la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU) que operó en el país hasta la semana pasada, cuando el gobierno suspendió sus actividades y expulsó al personal.
"Y luego se transformó en lo que denominamos un bufete, el bufete de abogados de terroristas conspiradores, golpistas y magnicidas de Venezuela", continuó el mandatario al señalar que el gobierno advirtió en varias oportunidades al personal sobre medidas a tomar.
Venezuela suspendió el pasado jueves las actividades de la oficina del Alto Comisionado de la ONU, instalada en 2019, en una medida que siguió a declaraciones del organismo sobre el arresto de la activista Rocío San Miguel acusada de "terrorismo".
La medida incluyó la expulsión del personal que, según Maduro, abandonó el país el sábado.
San Miguel fue detenida el 9 de febrero cuando se disponía a viajar al extranjero junto a su hija, quien también fue arrestada pero quedó en libertad condicional.
La fiscalía la acusó de "traición a la patria", "terrorismo" y "conspiración", al vincularla "de manera directa" con un supuesto plan para asesinar a Maduro. Su exesposo, el coronel retirado Alejandro José Gonzales, fue capturado bajo sospecha de "revelación de secretos políticos y militares".
Sus dos hermanos y el padre de su hija fueron igualmente detenidos y luego excarcelados.
La detención causó preocupación en la oficina del Alto Comisionado, así como en Estados Unidos y la Unión Europea.
Maduro reiteró que Venezuela mantiene sus compromisos con la oficina en Ginebra, pero que hasta tanto "no rectifiquen" y "pidan disculpas" la suspensión se mantendrá.