La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, culpó al expresidente Donald Trump de la entrada en vigor en Florida de la nueva ley que prohíbe en este estado la interrupción del embarazo a partir de las seis semanas, así como del “asalto total estado por estado a la libertad reproductiva”.
La mayor parte del discurso que ofreció Harris en el Prime Osborn Convention Center de Jacksonville lo centró en ataques a Trump (2017-2021), al que acusó de ser “el arquitecto” de la “crisis de salud” que ha obligado al cierre de clínicas en todo el país, “clínicas que proporcionaban exámenes de detección de cáncer de mama o cuidado anticonceptivo”, entre otros.
Lo culpó de que en junio de 2022 la Corte Suprema de Estados Unidos, de mayoría conservadora, terminara con las protecciones federales establecidas por el caso de Roe vs. Wade, que evitaba que los estados legislaran sobre el asunto, a partir de lo cual se generó un efecto cascada en estados conservadores.
Trump, afirmó Harris, eligió durante su mandato tres jueces del Supremo para que anularan ese caso; esa era su intención y, “tal como pretendía, así lo hicieron” los jueces. “Sucedió tal como esperaba Trump”, dijo.
La vicepresidenta afirmó que el efecto de la decisión judicial no se hizo esperar y “más de una veintena de estados de Estados Unidos tienen ahora prohibiciones de aborto”, y en Florida, a partir de hoy, lamentó, “cuatro millones de mujeres se han despertado con menos libertad reproductiva” por culpa de Trump, el presumible candidato republicano a la Casa Blanca.
Alertó de que bajo esta norma que prohíbe abortar a partir de las seis semanas los médicos que quieran ofrecer cuidados reproductivos, incluso en semanas anteriores a las fijadas por la ley, pueden ser condenados a cinco años de cárcel.