El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el sábado que Vladimir Putin "no puede permanecer en el poder" y consideró "un fracaso estratégico" la invasión de Ucrania, que resiste desde hace más de un mes al asedio y los bombardeos ordenados por el presidente ruso. Tras hablar con refugiados ucranianos en Varsovia, Joe Biden calificó a Putin de "carnicero" y afirmó que "no puede permanecer en el poder". La Casa Blanca se apresuró a explicar que Joe Biden no estaba incitando a un "cambio de régimen" en Rusia, sino a actuar para impedir que ejerciera algún "poder sobre sus vecinos o en la región".
El conflicto, incluso limitado a territorio de Ucrania, no tiene visos de terminar pronto, según el presidente estadounidense Joe Biden, para quien la batalla "entre democracia y autocracia" "no se ganará en unos días o meses". Por lo cual, afirmó, "debemos armarnos para un largo combate".
El presidente de Rusia, Vladimir Putin ordenó el 24 de febrero la invasión, con los objetivos de destruir las capacidades militares de esta exrepública soviética y de derrocar al gobierno prooccidental de Volodimir Zelenski.
Pero más de un mes después, las tropas de Rusia suman magros avances, no han logrado capturar prácticamente ninguna ciudad importante y los ataques contra civiles son cada vez más letales.
El viernes, un alto oficial de Rusia anunció que en adelante la ofensiva se centraría en la "liberación" del Donbás, en el este del país, ya dominado parcialmente por grupos separatistas prorrusos.
El cambio se debería a que "los principales objetivos de la primera fase de la operación fueron alcanzados" y que "las capacidades de combate de las fuerzas de Ucrania fueron reducidas de manera significativa".
El mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, que durante el día el sábado se reunió con dos ministros ucranianos, puso en duda que Moscú hubiese variado de estrategia. "No estoy seguro de que hayan cambiado", dijo al ser interrogado en Varsovia sobre las implicaciones de ese cambio.
Joe Biden no tiene en cambio "duda alguna de que esta guerra ya es un fracaso estratégico de Rusia", según afirmó en su discurso posterior.
En todos los frentes
Dos misiles rusos impactaron este sábado en un depósito de combustible de Leópolis (Lviv), en el extremo oeste de Ucrania y a tan solo 70 km de Polonia, una región relativamente poco afectada por la guerra hasta ahora.
El ataque dejó al menos cinco muertos, indicó el gobernador regional.
El alcalde de Chernígov (norte) alertó por su lado que las tropas rusas han cerrado el cerco y que ya resulta prácticamente imposible evacuar a los civiles y a los heridos de esta ciudad situada a 120 km de Kiev.
El gobierno de Ucrania aseguró que había reconquistado Trostianets, una localidad cercana a la frontera rusa y una de las primeras en caer cuando empezó la invasión.
El ministerio de Defensa publicó imágenes de soldados y civiles ucranianos en medio de edificios en ruinas, junto a lo que parece ser material militar ruso abandonado y a una señal con el nombre de la ciudad.
Las fuerzas de Rusia, por su lado tomaron el control de Slavutich, donde vive el personal de la central nuclear de Chernóbil (norte), y detuvieron brevemente a su alcalde.
"Me han soltado. Todo está bien, en la medida de lo posible bajo una ocupación", dijo por teléfono a la AFP el alcalde, Yuri Fomichev, aunque reportes posteriores dieron parte de tres muertos durante la toma de la localidad.
En Járkov (noreste), las autoridades reportaron 44 ataques de artillería y 140 con cohetes en un solo día.
Desde el inicio de la invasión de Rusia, más de 10 millones de ucranianos (un cuarto de la población) han abandonado sus hogares y 3,7 millones han salido del país, 2,2 millones de ellos hacia Polonia, según datos de las autoridades de Ucrania y de la ONU.
Ucrania aseguró el sábado que Estados Unidos ya no plantea objeciones a que Polonia le entregue aviones de combate para enfrentar la invasión rusa, pese a que el Pentágono había considerado previamente que esa propuesta era de "alto riesgo".
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski acusó a Rusia de alentar una peligrosa carrera armamentística con el alarde de sus armas nucleares.
En una intervención por videoconferencia ante el Foro de Doha (Catar), el mandatario de Ucrania, Volodimir Zelenski pidió además a Catar que aumente su producción de gas natural, para evitar las presiones rusas sobre la Unión Europea (UE), sumamente dependiente de las importaciones de hidrocarburos rusos.
Mariúpol, en ruinas, resiste
Las tropas rusas asedian y bombardean desde hace semanas la ciudad portuaria de Mariúpol, sobre el mar de Azov, cuya caída les permitiría crear un corredor entre la península de Crimea, anexada por Rusia en 2014, y las zonas prorrusas del Donbás.
Según la alcaldía de Mariúpol, más de 2.000 civiles han muerto a causa de los ataques rusos. Zelenski afirma que todavía hay 100.000 personas bloqueadas en la ciudad, que sufren todo tipo de carencias.
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el viernes que su país, Turquía y Grecia pondrán en marcha "en los próximos días" una "operación humanitaria" para tratar de evacuar a los civiles de esa ciudad.
Oksana Vynokurova, un mujer de 33 años que logró escapar del puerto, contó que dejó atrás un paisaje infernal y que en su huida tuvo que dejar a su madre muerta "en el patio, como si fuera un perro".
"Yo escapé, pero perdí a toda mi familia. Perdí mi casa. Estoy desesperada", dijo a la AFP tras lograr llegar a Leópolis.
Desmoralización militar
Según analistas occidentales, el ejército ruso se muestra desmoralizado y poco disciplinado, sus equipamientos son defectuosos y ha cometido errores tácticos, además de mostrar actitudes brutales con los civiles.
Las autoridades rusas indicaron el viernes que 1.351 militares rusos murieron y 3.825 resultaron heridos desde el inicio de lo que Moscú denomina una "operación especial".
Esta cifra está lejos de las estimaciones de los países occidentales y de un alto funcionario de la OTAN, que indicó que entre 7.000 y 15.000 soldados rusos han muerto en Ucrania.