Javier Milei se presenta esta semana ante las élites económicas y políticas de Davos, en lo que es su primer viaje al exterior como presidente de una Argentina en crisis en la que lidera un experimento libertario que concita curiosidad internacional. Milei llegará el martes a la estación de esquí suiza para hablar al día siguiente en el Foro Económico Mundial. Viaja en un avión de línea, a tono con su política de austeridad, con una pequeña comitiva y poco tiempo.
Este economista ultraliberal de 53 años, que asumió el poder hace poco más de un mes, es una de las figuras más destacadas de esta edición del foro que congrega a más de 100 líderes gubernamentales, empresarios y economistas, entre otras personalidades.
Milei ha sido asociado internacionalmente "con el populismo de derecha e ideas bastante extremistas, como dolarizar la economía", agregó el experto. Por esto, el presidente argentino "es una gran incógnita que el resto de los líderes y figuras de la economía global quieren descifrar".
Su única reunión confirmada es el miércoles con la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, una semana después de que Argentina y el organismo alcanzaran un acuerdo técnico para reflotar un programa crediticio por 44.000 millones de dólares.
Esa deuda es la más grande de un país con el organismo multilateral, un récord a dúo con una de las inflaciones más altas del mundo (211% en 2023).
- BRICS y China -
Milei concitó atención internacional como "outsider" y por haber ganado unas elecciones prometiendo un recorte draconiano de gastos.
Su lema "no hay plata" se convirtió en un un meme y un estribillo. Con él acompaña sus medidas: suspendió las obras públicas, no renovó contratos laborales del Estado, redujo los ministerios a la mitad, devaluó más de 50% el peso, liberó los precios de los combustibles, eliminó los controles de precios, derogó la ley que regulaba los alquileres y liberó las importaciones.
Estas decisiones y su personalidad explosiva despertaron la curiosidad de empresarios como el magnate Elon Musk, con quien suele intercambiar cálidos posteos en X.
Sus señales como candidato fueron bruscas: decía que Estados Unidos e Israel iban a ser sus mejores aliados y que no haría negocios con "ningún comunista", refiriéndose a Brasil y China, que, sin embargo, son los principales socios comerciales de Argentina.
Días después de asumir, Milei renunció a formar parte del grupo de los BRICS (que integran China, Rusia, India, Sudáfrica y Brasil).
Esta decisión "expresa una mirada arcaica y maniquea de un mundo bipolar que ya no existe", consideró Florencia Rubiolo, experta en relaciones internacionales del centro de estudios Insight 21.
Su mirada "binaria" de la política exterior corre el riesgo de ser además "ineficiente" porque es riesgoso alejarse de Brasil y China, de acuerdo a la experta. Es "llamativo" que elija Suiza, y no Brasil, como primer destino exterior.
Sin embargo, según Frenkel, Milei está buscando mostrarse como una figura "un poco más cooperativa" en los últimos días, a pesar de algunas torpezas en política exterior.
La semana pasada, las relaciones con Pekín se tensaron por versiones de que la canciller, Diana Mondino, se había reunido con el representante de negocios de Taiwán, algo que el gobierno negó. Finalmente, la ministra y el embajador chino, Wang Wei, se reunieron para dar a la prensa señales de amistad.
China considera a Taiwán como parte de su territorio y su reconocimiento como país por parte de otras naciones es motivo de ruptura de relaciones diplomáticas.