La elección del presidente de la República de Italia por parte del parlamento desató este viernes un duro enfrentamiento entre los bloques, los cuales no encuentran un candidato de consenso tras cinco días de votaciones. Con la esperanza de que finalmente surja una personalidad que obtenga el apoyo necesario, el parlamento fijó dos rondas de votación en lugar de una sola.
Sin embargo, la doble votación no ha desbloqueado la situación, ya que la mayoría de los legisladores anunciaron que votarán en blanco o la abstención debido a que no han logrado un acuerdo sobre el candidato a la sucesión de Sergio Mattarella, cuyo mandato finaliza el 3 de febrero.
Pese a que todos los partidos políticos con representación en el Parlamento, a excepción del ultraderechista Hermanos de Italia, forman parte de la coalición al gobierno liderado por Mario Draghi, la derecha, la izquierda y el Movimiento 5 Estrellas (M5E), la división reina, por lo que la elección se encuentra en un punto muerto.
Para la quinta ronda de este viernes, iniciada a las 11H00 hora local (10H00 GMT), el bloque de derecha (Liga de Matteo Salvini, Forza Italia de Silvio Berlusconi y el partido de extrema derecha Hermanos de Italia) presentó como candidata a la actual presidenta del Senado, Elisabetta Casellati, simpatizante de Berlusconi.
Como la derecha no cuenta con la mayoría absoluta, la senadora, católica antiabortista de 75 años, no obtuvo los votos de la izquierda ni de los antisistema del M5E.
La propuesta de Salvini, hecha sin consultar a los rivales políticos, desató la ruptura con el Movimiento 5 Estrellas.
"Están forzando la situación. Queremos un candidato con un gran perfil, por encima de las partes, compartido y no impuesto", dijo irritado el líder de los antisistema, Giuseppe Conte.
El resultado de las elecciones presidenciales de Italia, sin candidatos oficiales y con votaciones secretas, es notoriamente difícil de anticipar.
El presidente es elegido para un mandato de siete años por sufragio indirecto por una asamblea integrada por miembros de las dos ramas del Parlamento, más representantes de las regiones. En total más de mil "grandes electores".
Para algunos observadores, "el estancamiento político y los enfrentamientos internos terminan por beneficiar a Mario Draghi en las elecciones", sostiene Wolfango Piccoli, de la consultora Teneo.
Sin embargo, el traslado de Draghi al palacio del Quirinale, sede de la presidencia, abriría una fase de inestabilidad política que podría desencadenar en unas complicadas elecciones anticipadas.