El primer ministro de Israel ordenó el miércoles al ejército que "prepare" una ofensiva sobre Rafah, la ciudad del sur de la Franja de Gaza donde se concentran los palestinos desplazados por la guerra contra Hamás, y rechazó cualquier concesión en las negociaciones para una tregua.
No obstante, el jefe de la diplomacia estadounidense estimó el miércoles en Tel Aviv que todavía hay "margen para un acuerdo" con el movimiento islamista palestino Hamás sobre los rehenes en Gaza, tras las duras palabras del primer ministro israelí.
Antony Blinken también dijo que advirtió a Netanyahu, contra cualquier acción que "exacerbe las tensiones" y pidió a Israel que tenga en cuenta "primero" a los civiles en caso de una operación en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Pero Netanyahu descartó la idea de una pausa en los combates, asegurando que la victoria sobre el movimiento islamista palestino es "una cuestión de meses" gracias a la "continuación de la presión militar".
Una nueva ronda de negociaciones empezará el jueves en El Cairo, auspiciada por Egipto y Catar. El objetivo es alcanzar "un alto el ar fuego, el fin de la guerra y un intercambio de prisioneros", informó un funcionario egipcio a la AFP.
Una fuente de Hamás aseguró que el grupo palestino había aceptado participar en las negociaciones. La semana pasada, otra fuente de Hamás afirmó que la propuesta incluía una pausa de seis semanas en los combates y un canje de prisioneros, así como más ayuda para Gaza.
En las últimas semanas, la violencia se ha recrudecido también en Líbano, Irak, Siria y Yemen, donde grupos apoyados por Irán han lanzado ataques en apoyo a Hamás, generando respuestas de Israel, Estados Unidos y sus aliados.