El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, aseguró el miércoles que a pesar de la distancia geográfica entre su país y América Latina, busca profundizar los lazos de amistad con Nicaragua para compartir "capacidades y experiencias". Raisi llegó el martes a Nicaragua para discutir con su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega, acuerdos de cooperación bilaterales en ciencia y tecnología, energía, economía y comercio, cultura y política, y este miércoles visitó la Asamblea Nacional en el último día de su visita al país.
"Los pueblos de Irán y Nicaragua comparten una historia común de lucha, de resistencia, de revoluciones, de combate frente a un enemigo común", sostuvo.
Raisi fustigó a Estados Unidos y otras "potencias imperialistas", acusándolas de atacar y desestabilizar gobiernos independientes en el mundo a través de intentos de golpes de estado y sanciones económicas.
El líder iraní inició el lunes en Venezuela su primera visita a América Latina y este miércoles viajará a Cuba, última etapa de su gira por países latinoamericanos "amigos".
En Caracas, Raisi y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, firmaron 25 acuerdos para reforzar la cooperación entre ambos países sancionados por Estados Unidos.
Al recibir al "hermano presidente" iraní el martes, Ortega resaltó la coincidencia del triunfo de la revolución islámica en febrero de 1979 y de la revolución sandinista en julio del mismo año.
"Por eso siempre hemos dicho y repetido que somos revoluciones gemelas, de profundas raíces en la defensa de nuestra identidad", expresó el presidente nicaragüense.
Raisi es el segundo presidente iraní que visita Nicaragua desde que en 2007 y 2012 lo hiciera el entonces mandatario Mahmud Ahmadineyad.
En febrero, el jefe de la diplomacia iraní, Hosein Amir Abdolahian, afirmó en Managua que Irán y Nicaragua tienen "muchas similitudes" y que ambos países ultimaban mecanismos de cumplimiento para impulsar acuerdos bilaterales en múltiples áreas.
Ortega ha defendido el uso por parte de Teherán de la energía nuclear con fines pacíficos, y durante la visita de Abdolahian cuestionó la autoridad moral de las potencias occidentales para prohibir el derecho de Irán a tener armas nucleares.