Un nuevo duelo entre Joe Biden y Donald Trump en las elecciones de noviembre en Estados Unidos se volvió más probable que nunca, tras la victoria del expresidente republicano en las primarias del estado de New Hampshire, lo cual consolidó su condición de favorito en la carrera por la nominación republicana.
Trump, de 77 años, anticipó la retórica divisiva que tendrá la campaña para las presidenciales de noviembre con un airado discurso de victoria en el que atacó a Haley por su “muy mala noche” y hasta con críticas a su vestido.
Incluso el demócrata Biden, de 81 años, aceptó que “ahora estaba claro” que afrontaba una revancha contra Trump que las encuestas sugieren que muchos ciudadanos no quieren y advirtió que el futuro de la democracia estadounidense dependía del resultado de noviembre.
Haley, exembajadora estadounidense ante la ONU, esperaba ser una gran sorpresa en el estado del noreste, pero Trump su exjefe ganó por alrededor de 54% contra 43%, con casi 91% de los votos escrutados.
Después de haber aplastado a sus rivales en la primera votación de la campaña en el estado de Iowa, Trump ya sentenció que cuando las primarias lleguen al estado natal de Haley, Carolina del Sur, en febrero, “vamos a ganar fácilmente”.
Trump afianzó su mensaje de extrema derecha, sin ningún indicio de acercarse a los votantes más moderados que apoyaban a Haley, algunos de ellos preocupados por las 91 acusaciones penales que enfrentaba el magnate republicano.
En un momento, mientras pronunciaba malas palabras en la televisión en pleno horario pico, Trump aseguró que Estados Unidos era un “país fallido” y cargó su discurso con siniestras advertencias sobre los problemas de la inmigración ilegal y afirmaciones falsas sobre su derrota en las elecciones de 2020.