La conferencia del clima de la ONU (COP28) se mantenía este martes empantanada sobre el futuro de las energías fósiles, el gran escollo que impedía a casi 200 países cerrar una declaración final. Las negociaciones continuaban para redactar un nuevo borrador, después de que se venciera el plazo oficial para cerrar la cita de Dubái, la más numerosa de la historia.
Un bloque reducido de naciones, encabezado por Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo mundial, es contrario a esa fórmula.
El texto propone además otras medidas, como triplicar la instalación de energías renovables, o eliminar los subsidios a esos combustibles fósiles, pero como un abanico de opciones que los países "podrían" aplicar, a su gusto.
Las negociaciones son dirigidas por Sultan Al Jaber, el presidente de la compañía petrolera emiratí.
"A todos nos gustaría terminar a tiempo, pero todos queremos obtener el resultado más ambicioso posible. Este es nuestro único objetivo", insistió ante la prensa su número dos, Majid Al Suwaidi.
"Todas las partes están trabajando contrarreloj", aseguró Cassie Flynn, directora global de cambio climático del Programa de Desarrollo de la ONU.
- Todo por consenso -
Las conferencias del clima adoptan sus decisiones por consenso.
A pesar de todas las promesas, el mundo aumenta invariablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero, y los expertos advierten que, de aquí a 2030, los compromisos de reducciones propuestos en Dubái solo representarán una tercera parte del sacrificio necesario.
El planeta vivió su año más caluroso desde que se tienen registros, aseguran los climatólogos.
- Participar en una farsa -
La COP28 de Dubái tenía que ser el gran paso adelante, tras el balance del Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático de 2015, realizado en septiembre.
El objetivo principal del Acuerdo de París es mantener el aumento de la temperatura mundial en un máximo de +1,5 ºC, idealmente, de aquí a 2050.
"Creo que muchos de ustedes se oponen a participar en una farsa", advirtió Kerry a sus homólogos.
La COP28 había empezado con buenos auspicios, con la adopción de un fondo de daños y pérdidas para los países más afectados por el cambio climático, el 30 de noviembre.
Ribera y el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, se reunieron con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que desembarcó en Dubái para dar un empujón a las negociaciones.
La reunión negociadora de la noche del lunes al martes fue bastante apasionada, según distintas fuentes presentes.
Pero Arabia Saudita, cuyo negociador se mantuvo en silencio ante la prensa, se mostró firme en su postura.
Para esos países, se puede cumplir con el objetivo de +1,5 ºC sin renunciar totalmente a las fuentes de energía que han sido el motor del crecimiento mundial desde principios del siglo XX.