El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tachó de "escandalosa" la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa Yoav Gallant, por crímenes de guerra y de lesa humanidad en la Franja de Gaza.
La CPI pidió el jueves el arresto y entrega tanto de Netanyahu y Gallant como del dirigente militar del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Mohammed Deif, aunque Israel ya lo declaró muerto en un ataque en junio contra la Franja, algo que no ha podido ser confirmado de forma independiente.
Tras la emisión de las órdenes de arresto, Netanyahu tildó la acusación de la CPI de "absurda y falsa" y de decisión "antisemita", y aseguró que "no hay nada más justo que la guerra que Israel libra en Gaza". Mientras, Hamás celebró la medida: "La justicia internacional está con nosotros contra la entidad sionista", aseveró.
La CPI no tiene una fuerza policial para arrestar sospechosos, pero sus 125 Estados miembros, entre los que están Reino Unido y los países de la Unión Europea, tienen la obligación de cooperar con la Corte. Ni Estados Unidos ni Israel son parte de este tribunal.
Antes de que Biden se pronunciara, un portavoz de la Casa Blanca había adelantado que Estados Unidos está "profundamente preocupado" por la "precipitación" de la Fiscalía de la CPI, liderada por Karim Khan, para solicitar las órdenes de arresto, así como por los "errores procesales problemáticos que han llevado a esta decisión".