El número en dólares que el sector privado ha calculado en pérdidas por día anda por los $80 millones. Nuestro cálculo ha sido algo superior. Como lo quieran ver, el país ha dejado de producir aproximadamente mil millones de dólares desde que las primeras manifestaciones y protestas se multiplicaron hace ya 3 semanas y media a raíz de la rápida sanción de la ley 406 que regenta el contrato minero con la sociedad Minera Panamá, S.A.", destacó el economista Carlos Araúz, en su segmento de Conexión Financiera.
Pocos, sin embargo hablar de las pérdidas escondidas que estos cierres acarrean. El economista Carlos Araúz enumeró algunas como:
- La pérdida de la vitalidad del crédito bancario ante la incertidumbre que provocan atrasos casi seguro en múltiples facilidades crediticias. Esta situación es bastante obvia y evidente considerando la baja productividad. Sin duda esto llevará a una contracción del crédito especialmente en los más vulnerables, empresarios de las micro y pequeñas empresas. El crédito seguirá subiendo de costo ahora como consecuencia de las provisiones y los castigos probables que se avecinan.
- La pérdida de días de clases en los estudiantes a nivel nacional. Muchos no se recuperan aún de las secuelas de la covid19 y de las interrupciones en su secuencia de aprendizaje. Claramente están destinado a fracasar pruebas de admisión en las universidades y seguramente pasarán a la informalidad o a engordar las ya obesas planillas estatales o municipales.
- La pérdida de salud en todos los sentidos imaginables. Miles de citas que tardarán meses en recuperarse mientras muchos ya simplemente se resignaron a perder a seres queridos ante la intransigencia de algunos cuantos. La salud mental toma otro duro golpe creando situaciones de estrés, ansiedad y hasta violencia intra familiar por la desesperación.
- La pérdida de tiempo valioso para discutir y acordar los asuntos que también nos quitan al sueño más allá de la operación minera en Panamá: las conversaciones sobre el salario mínimo que debe entrar en vigencia en enero de 2024, la inminente falla en obtener metas financieras del Canal de Panamá por la terrible sequía, las condiciones que se necesitan para implementar cambios en la Caja de Seguro Social y su programa de invalidez, vejez y muerte y ni hablar de lo que un presupuesto imposible de ejecutar pero que actualmente duerme tranquilamente el sueño previo a la pesadilla en la Asamblea de Diputados.
El experto explicó que en este cierre de 2023, las perdidas monetarias y financieras son duras, ponen presión al fisco nacional que seguramente tendrá que buscar algún tipo de dispensa porque no se cumplirá con la ley de responsabilidad fiscal. Y pensar que hace precisamente 3 semanas salimos de la lista gris de GAFI - otra oportunidad perdida. Son muchas, son duras y sólo serán vencidas si colaboramos y si dialogamos con otros actores que inspiren confianza.
Nota: La polarización ha congelado nuestra habilidad para conectar