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Rousseff está dispuesta a visitar a quien la invite, incluido el papa

La mandataria suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, dijo hoy que mientras esté alejada del poder está dispuesta a visitar cualquier país al que sea invitada e incluso al papa Francisco, pero aclaró que se concentrará en su defensa.

Un día después de ser separada del cargo para responder al juicio político que el Senado ha abierto en su contra, Rousseff explicó a corresponsales extranjeros que no tiene planes, al menos por ahora, de viajar al exterior para denunciar el "golpe" que ella considera que está en curso en Brasil.

Tras explicar que, por el momento, se plantea concentrarse en su defensa ante el Senado, también apuntó que está dispuesta a visitar cualquier país al que sea invitada y tuvo unas palabras de especial cariño en relación a Francisco.

"Si el papa me invita voy (al Vaticano)", dijo Rousseff, quien indicó que las dos veces que estuvo con Francisco, durante las Jornadas Mundiales de la Juventud en Río de Janeiro y en la Santa Sede, se sintió "muy próxima" y que comparte su visión del mundo.

"Desde que inició su papado cumple un papel muy importante en el mundo en términos de valores", indicó Rousseff, cuyo cargo ha sido asumido en forma interina por Michel Temer, quien hasta la víspera era su vicepresidente.

"Francisco es un papa adecuado al momento que el mundo vive, atiende las demandas y las diferencias del Siglo XXI, los temas de las mujeres y los gais y, sobre todo, no juzga a las personas", dijo Rousseff, procesada por el Senado debido a unas maniobras fiscales irregulares que insiste en rechazar.

Rousseff fue suspendida de la presidencia durante los 180 días que puede durar el proceso y solo recuperará el cargo en caso de que sea absuelta en el juicio político.

Si fuera destituida, Temer completará su mandato y entregará el poder el 1 de enero de 2019 al ganador de las elecciones previstas para octubre de 2018.