Por primera vez en tres años, la lava del volcán Kilauea, en la Gran Isla de Hawaii, llega al océano Pacífico, donde forma nuevas tierras al tiempo que ofrece un espectáculo impresionante a los turistas.
La cascada de lava puede observarse desde un barco o helicóptero o tras una caminata de unos 16 kilómetros (10 millas).
La roca de lava endurecida que flanquea la carretera de acceso a pie es tan afilada como un cristal y muchas personas sufrieron laceraciones al intentar cruzar el irregular paisaje, explicó la portavoz del Parque, Jessica Ferracane. Solo las personas con buena salud deben intentar la complicada excusión a pie, agregó.