Eduardo Navarro dio un giro a su propuesta artística. Sin esperarlo, la fundación de Rockefeller de New York lo escogió para participar en su prestigio internado para artistas de renombre a nivel mundial. Navarro contó que pensó que esto sería una oportunidad para evolucionar sus icónicos caballos, pero lo convirtió en algo muy diferente.
En la tercera fase empezó a plasmar en canvas a personas diluidas por el efecto constante de la conexión y lo último sería proyectar todo en vivo a través de las redes sociales.
Eduardo Navarro expondrá esta instalación próximamente en Panamá y New York.
FUENTE: Redacción Eco