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Colombia, en "el punto de no retorno" en su camino hacia la paz

Con la firma de un histórico acuerdo de fin del conflicto con la guerrilla FARC, Colombia se encuentra en "el punto de no retorno" en su camino hacia la paz, dijeron analistas, sin dejar de señalar los retos en el horizonte.

El gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), convinieron el jueves los términos del alto al fuego bilateral definitivo y desarme de la guerrilla, un paso crucial hacia un pacto final de paz para acabar con medio siglo de confrontación interna, la más antigua de América.

Además, en La Habana, sede de las negociaciones desde noviembre de 2012, ambas partes aceptaron como mecanismo de refrendación del acuerdo final de paz el que avale la Corte Constitucional, que debate actualmente la legalidad de un plebiscito. Cómo validar los acuerdos era el último de los seis puntos de la agenda de los diálogos.

"Es un avance muy importante", declaró a la AFP Ariel Ávila, politólogo de la Universidad Externado y subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación.

"Con esto prácticamente la agenda de negociación de La Habana queda al 95% completa", añadió, al mencionar que restan por definirse algunos "temas pequeños", como "las famosas salvedades" que quedaron pendientes al alcanzarse consensos provisionales en los distintos puntos de la agenda.

Además del pacto sobre el fin del conflicto y del mecanismo de refrendación, las delegaciones en Cuba lograron acuerdos parciales en desarrollo agrario y participación política de los rebeldes (2013); lucha contras las drogas ilícitas (2014); así como sobre la reparación de las víctimas y el modelo de justicia que se aplicará a los rebeldes (2015).

"Si bien no es el acuerdo final, ya estamos en el punto de no retorno", dijo Alejo Vargas, coordinador del Centro de Pensamiento y Seguimiento del Diálogo de Paz en la Universidad Nacional, en un comunicado.

Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac), coincidió. "Es el punto decisivo en la negociación y conducirá a la terminación del conflicto con las FARC", surgidas en 1964 de una insurrección campesina, dijo a la AFP.

Ávila mencionó cuatro temas esenciales: "las condiciones del cese del fuego bilateral"; "el protocolo de verificación y acceso a las zonas de concentración" de guerrilleros para el desarme; "el cronograma de la dejación de armas"; y "las garantías de seguridad para los excombatientes".

"Va a haber un proceso de desarme con términos precisos de seis meses después de la firma de los acuerdos, una destrucción de esas armas que serán entregadas a las Naciones Unidas", dijo Restrepo.

Como elementos "más significativos", el analista destacó el fin de la confrontación abierta. "Se saca la violencia de la realidad colombiana", agregó.

"Es un enorme respiro para las comunidades victimizadas y vulnerables", precisó a la AFP Angelika Rettberg, directora de la maestría en Construcción de Paz de la Universidad de los Andes.

En Colombia, donde el largo conflicto interno ha involucrado a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y fuerzas del Estado, dejando 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados, el fin del enfrentamiento con las FARC no significará acabar la violencia.

En algunas regiones, el reto es cómo "mitigar el daño del conflicto que se va a quedar", indicó Kyle Johnson, analista del International Crisis Group en Colombia.

"Persiste el riesgo de que otros grupos armados usen la violencia para atentar contra este acuerdo y contra el proceso de paz", señaló Cerac, en alusión al Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), segunda guerrilla activa en el país, así como a bandas criminales nacidas de la desmovilización de paramilitares hace una década.

Cerac también advirtió contra el "riesgo político de que un eventual acuerdo final con las FARC sea rechazado por parte de la ciudadanía o la oposición política".

Pero sobre este tema, Vargas subrayó que "las fuerzas del gobierno son mayoritarias" frente a la oposición encabezada por el expresidente Álvaro Uribe. Para un eventual plebiscito, "se podría contar hasta con un 70% de votos para el sí", opinó.

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