La controversia por el asilo concedido por Nicaragua al expresidente Ricardo Martinelli ha generado una situación diplomática compleja para Panamá y el abogado internacionalista Francisco Carreira analizó la crisis y advirtió sobre las posibles consecuencias para el país si no se gestiona con cuidado.
Nicaragua y el salvoconducto a Martinelli
El abogado resaltó que el rechazo de Nicaragua a recibir a Martinelli responde a “una excusa” y que el asilo político otorgado hace que la alerta roja de Interpol carezca de efecto en ese país.
Según Carreira, el desenlace de esta crisis dependerá de las negociaciones diplomáticas: “El rol de Panamá es garantizar que esto se resuelva conforme al derecho internacional”.
Panamá, el SICA y la estrategia diplomática
El abogado internacionalista también cuestionó el valor real de la participación panameña en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), calificándolo de un organismo que no otorga grandes beneficios al país. No obstante, reconoció que podría ser utilizado como una herramienta diplomática para destrabar la crisis. “Si lo que se necesita para resolver esta crisis es reconsiderar el apoyo en el SICA, entonces hay que evaluar la mejor estrategia”.
Un escenario incierto
Si Nicaragua se mantiene firme en su negativa a recibir a Martinelli, la incertidumbre crecería. “El expresidente quedaría en Panamá, el salvoconducto perdería validez y seguiría como asilado en un país al que, por alguna razón, no puede viajar”, explicó Carreira, quien comparó esta situación con la de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres.
Importancia de la diplomacia
Ante posturas que sugieren la ruptura de relaciones diplomáticas con Nicaragua, Carreira fue tajante: “Eso no tiene el mínimo sentido. Panamá debe dar el ejemplo en diplomacia, como lo hizo con el asilo al Shah de Irán”. Recordó que en aquella ocasión, a pesar de la división interna y el rechazo internacional, Panamá respetó su decisión y pidió lo mismo al mundo.
Un asilo con obstáculos
El abogado destacó que el asilo político es una institución imperfecta, pero una realidad con la que Panamá debe lidiar. Consultado sobre un “plan B” para Martinelli, mencionó que podría contemplarse la búsqueda de asilo en otra embajada, aunque la situación actual hace que esta alternativa sea complicada.
La crisis diplomática que rodea el caso Martinelli sigue sin resolverse y, según Carreira, Panamá debe optar por la prudencia y la estrategia en lugar de caer en decisiones apresuradas que puedan traer consecuencias más graves para el país