La conferencia de vida silvestre de las Naciones Unidas aprobó el jueves la propuesta de Panamá para ampliar la protección a las especies de tiburón más expuestas ante las capturas para la venta de sus aletas y cuya población se ha visto drásticamente reducida por el comercio desmesurado.
En la Conferencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, que arrancó el lunes y tiene una agenda de dos semanas, también fue aprobada una propuesta que amplió la protección para los tiburones martillo de cuerpo pequeño.
Ahora, explicó, no será posible el comercio a menos que sea sostenible, “dando a estas especies la oportunidad de recuperarse”.
Eso significa que los países que vendan y compren aletas y carnes de cualquiera de las especies de tiburón réquiem o las especies martillo de estructura pequeña tendrán que hacerlo bajo los controles o regulaciones de Cites.
Por ejemplo, deberán realizar estudios que avalen que las exportaciones de las especies en mención no van a afectar a su población. Antes, al no haber comercio regulado, estas transacciones pasaba como no registrado, no reportado e incluso ilegal, respecto de las especies réquiem y martillo.
“Es una medida extremadamente importante”, subrayó Adrian Reuter, asesor principal para América Latina para el combate del tráfico de especies de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre. “Se va a reflejar en dar una oportunidad para recuperar a las especies a lo largo del tiempo o a mejorar los controles”, precisó, con miras a la “sostenibilidad y el no detrimento de las poblaciones en el medio natural”.
La CITES reúne a representantes de 184 naciones y debaten endurecer las regulaciones comerciales sobre alrededor de 600 plantas y animales potencialmente en peligro de extinción. También se recomendarán regulaciones de comercio internacional menos restrictivas para otras nueve especies.