La Cruz Roja Internacional donó el jueves a las autoridades de Panamá cien bóvedas en un remoto cementerio para enterrar cuerpos sin identificar o que no han sido reclamados de migrantes fallecidos en su intento de cruzar la peligrosa selva del Darién, fronteriza con Colombia, en su tránsito hacia Estados Unidos.
El objetivo es que los restos sean preservados en un lugar de inhumación individual, donde sus características también puedan estar registradas. “Sabemos que muchos migrantes hablan de cuerpos que ven a lo largo de la ruta, esos cuerpos tienen familias, esos cuerpos sin vida necesitan ser preservados”, dijo Marisela Silva Chau, jefa de la delegación regional del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para Panamá y el Caribe.
El espacio entregado a las autoridades pretende que los restos humanos permanezcan en el lugar “en condiciones dignas” de manera temporal o permanente, hasta que sean identificados o hasta que los familiares puedan reclamarlos, agregó.
La selva del Darién es uno de los tramos más peligrosos que recorren miles de migrantes en su tránsito hacia Estados Unidos. En 2022, al menos 36 migrantes fallecieron principalmente ahogados en su intento de cruzarla. Aunque la cifra podría ser mayor debido a que muchos perecen en la jungla sin que sus restos sean reportados o recuperados.
Casi 250.000 migrantes, principalmente, venezolanos, ecuatorianos y haitianos cruzaron la selva el año pasado, una cifra récord.
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A mediados de febrero pasado, cerca de 40 migrantes murieron cuando el autobús en el que se transportaban desde Darién hacia un campamento cerca de la frontera con Costa Rica cayó en una pendiente.
El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses que participó en la entrega de los nichos, dijo que el proyecto también contempla como solución humanitaria, la inhumación individual y digna de aquellos residentes de El Real de Santa María que, luego de fallecer y aun siendo identificados, carecen de familiares que reclamen sus restos mortales.
“Es un esfuerzo conjunto colectivo; el resultado de haber promovido conciencia de contar con una estructura de esta naturaleza en el Darién”, dijo la jefa regional del Comité Internacional de Cruz Ruja, resaltando el apoyo de la comunidad de Pinogana, que cedió el terreno en el cementerio, y la colaboración del instituto forense.