La inhóspita selva del Darién, por la que pasaron 250.000 niños rumbo a Estados Unidos desde 2020, es la "peor experiencia" que puede vivir un niño ante la incapacidad de los gobiernos de garantizar una migración segura, manifestó un experto de la ONU.
Para el experto, la Convención de los Derechos del Niño, que este miércoles cumple 35 años, "en su integralidad está siendo atacada" cuando un menor "tiene que vivir la experiencia de atravesar el Darién".
"Y si es un niño no acompañado, peor", lamentó Pedernera, al señalar que se le vulneran los derechos básicos a la vida, educación y salud, entre muchos otros.
Este año, según el gobierno panameño, 286.000 migrantes cruzaron el Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, rumbo a Estados Unidos. En su mayoría son venezolanos, pero también hay colombianos, ecuatorianos, haitianos y chinos, entre otros.
De esa cifra, unos 61.000 eran niños. Si bien algunos hicieron la travesía acompañados por adultos, otros estaban solos, enviados así por sus familiares o porque los perdieron en el camino.
Peligros en la selva
En la selva, los migrantes enfrentan peligros como ríos caudalosos, animales salvajes y grupos criminales que les roban y violan, según organizaciones internacionales.
Las autoridades panameñas desconocen con exactitud la cantidad de migrantes que mueren en la selva debido a lo inaccesible del terreno para recuperar los cuerpos.
El gobierno panameño cerró varios caminos por el Darién e inició, con el apoyo de Estados Unidos, la deportación de migrantes en vuelos pagados por Washington. Además, recientemente anunció el cobro de multas a quienes pasen por la jungla.
Para Pedernera, el endurecimiento de las restricciones en las fronteras "hacen que la ruta" sea "cada vez sea más peligrosa".