Como prácticas anárquicas, ilegales y salvajes, calificó el ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, lo que han evidenciado los estudios e investigaciones del manejo de los ríos La Villa y Estibaná en medio de la crisis por agua potable en la península de Azuero.
El equipo técnico del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) realizó un recorrido a través de 39 kilómetros de cauces fluviales, tomando muestras georeferenciadas en 36 puntos estratégicos.
Navarro destacó que estos ríos no solo están contaminados por actividades ligadas a la cría de cerdos, sino por vertidos ilegales de aguas negras desde algunas barriadas.
"Estas son prácticas salvajes, ilegales, absolutamente inaceptables en cualquier país civilizado del mundo y esto tiene que terminar. Esto se está dando además a nivel nacional en docentes de plantas de tratamiento de aguas negras", advirtió Navarro.
Agua sigue sin poder ser consumida
Por su parte, el director del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan), Rutilio Villarreal, destacó que se mantienen constantes los monitoreos de las aguas. la preocupación crece en la región, producto que pese a que el nivel de turbiedad y patógenos en el río han disminuido, las lluvias que han caído en las últimas horas sobre la región podrían empeorar la situación otra vez.
"La red sigue siendo monitoreada por nuestros laboratorios. No hemos encontrado en la red nematodos vivos, si hemos detectados nematodos muertos", dice Villarreal.
A la fecha, las plantas potabilizadoras de Azuero se mantienen operativas para enviar agua a las casas, sin embargo, la misma no es apta para consumo humano. El Idaan mantiene el operativo para la entrega de agua embotellada y a través de carros cisternas en las comunidades afectadas.