La ministra de Cultura de Panamá, Maruja Herrera, regresó el miércoles al escenario como bailarina con una actuación en el ballet clásico Giselle, en el ámbito de dos galas especiales del Ballet Nacional de Panamá dirigidas a recaudar fondos benéficos.
Inspirada en la novela De l'Allemagne, de Heinrich Heine, y en la leyenda de origen eslava de las Willis (espíritus de las novias que mueren antes de casarse), en esta obra, un ballet en dos actos, se narra una historia de amor.
La bailarina y coreógrafa Maruja Herrera, designada al frente del Ministerio de Cultura (MiCultura) el 1 de julio pasado por el presidente, José Raúl Mulino, interpretó esta pieza clásica del romanticismo hace más de 20 años.
Para Herrera, "bailar implica un proceso complejo de descubrimiento interno, conseguir tu potencial, explorarlo, retarte a ti misma para ser cada vez mejor", según se puede leer en su biografía en la página de su academia de danza, fundada en 2007.
Disciplina
"La danza me ha enseñado a ser disciplinada, me ha preparado para diferentes escenarios de mi vida", señala la titular de MiCultura, cargo que ya ocupó entre 2009 y 2014, aunque entonces era denominado Instituto Nacional de Cultura de Panamá (INAC), sin rango ministerial.
Desde el año 2003 hasta 2007 fue Directora del Ballet Nacional de Panamá. En ese período produjo, entre múltiples galas, 'La Fille Mal Gardée', 'Don Quijote' y 'El Lago de los Cisnes'.
En el año 2008 fue nombrada directora de la Escuela de Danzas del Ballet Nacional, en el que fue bailarina de ballet clásico, moderno y folclórico. También fue primera solista, y luego primera bailarina del Ballet Nacional de Panamá.
Una parte de los fondos que se recaudarán con la gala de Giselle en el Teatro Nacional irán a la Asociación Pro Obras de Beneficencia (APROB), presidida por la primera dama, Maricel Cohen de Mulino, y se destinarán a la compra de equipos para el Instituto Oncológico Nacional.