Panamá está parado justo en el centro de una tormenta: pérdida de biodiversidad, crisis climática y contaminación. Y según Guido Berguido, biólogo y director de Adopta el Bosque Panamá, hay un ecosistema que carga con el peso de las tres: los manglares.
¿Dónde están los manglares más vulnerables?
Panamá tiene puntos críticos en Darién, Montijo, Chiriquí y Bocas del Toro. Pero hay un foco que preocupa especialmente: los manglares de David, que concentran más del 25% de todo el manglar del país.
Y ese es justamente el escenario del conflicto: un proyecto portuario aprobado con un Estudio de Impacto Ambiental que, según varias organizaciones, tiene serias fallas.
¿En qué va el proceso?
Las ONG presentaron una demanda ante la Corte Suprema contra el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto portuario de David. El caso está en fase de pruebas, tanto en lo civil como en la parte penal que ya fue admitida por el Ministerio Público. Pero Berguido es claro: ellos no se van a detener.
No están en contra del desarrollo, sino del lugar
Aquí desmonta una narrativa frecuente: “No estamos en contra de que Chiriquí tenga un puerto, lo necesita. Pero no puede construirse destruyendo manglares”.
La propuesta de estas organizaciones es mover la inversión hacia Puerto Armuelles, donde sí existe profundidad natural y condiciones logísticas que no exigen dragar humedales ni tocar áreas críticas para la biodiversidad.
Un desafío mayor: convivir con los ecosistemas
El biólogo usa otro ejemplo: Montuoso y el río La Villa. Arriba, los campesinos quieren fumigar; abajo, miles dependen del agua. “Hay que encontrar ese balance, aunque no siempre es fácil”.
Y aunque reconoce que toda actividad humana tiene impactos, insiste en que hoy el país ya no se puede permitir decisiones que pasen por encima del ambiente como si nada. “Estamos en un momento distinto, en una crisis que exige responsabilidad. No podemos seguir tumbando lo que nos protege”.




