La profunda herida causada por la invasión de EE.UU. a Panamá aún permanece abierta, afirmó este lunes el arzobispo metropolitano, José Domingo Ulloa, durante una invocación religiosa por el 32 aniversario de la acción militar estadounidense que derrocó al dictador Manuel Antonio Noriega.
"Tenemos 351 expedientes completos con toda la información, árbol genealógico y sirven para confirmar que las personas existió y participó de esta situación dramática de la invasión", dijo Planells.
Expresó que no hay mucha información porque está controlada y existe un velo sobre lo ocurrido y cada una se imagina qué y cómo ocurrió.
"Hizo un llamado a que denuncien ante la comisión los nombres de sus familiares", enunció Planells.
En los 351 expedientes hay más civiles que militares . Destacó que muchas personas piensan que esto fue una actividad militar y los que murieron estaban defendiendo al gobierno de turno.
Planells puso en contexto los casos de miles de panameños quienes se convirtieron en víctimas, unos tan solo por salir de sus hogares. "Estos soldados eran muy jóvenes y le habían dado un arma y prácticamente jugaban con ella disparando contra los panameños que estaban en el libre derecho de circular", destacó Planells.
Catalogó la situación como dramática y triste. "Fueron varios días de ataques que se dieron posterior al 20 de diciembre. Un caso muy dramático es el de un hombre que fue a su trabajo en el aeropuerto de Paitilla y al llegar recibió una descarga. Murió al lado de su esposa. "Lo dejaron pasar y lo sorprendieron con un disparo que le causó la muerte".
Este ha sido un trabajo de investigación intenso y cada vez más hay confianza en la comisión de la invasión. Reiteró que van a poner la denuncia contra EE.UU con el fin de que se conozca el dolor que pasaron miles de panameños con la invasión. Precisó que aunque Panamá ha denunciado en varias ocasiones las lesiones de la invasión de 1989, EE.UU no acepta los hechos. "Hemos estado en contacto con otros países", dijo Planells.
Cree que Panamá tendrá el apoyo de otras naciones, ante las injusticias que se cometieron por parte de EE.UU en la invasión.
Se han hecho exhumaciones en dos cementerios del país, en Panamá y Colón específicamente. Actualmente la morgue alberga 38 bolsas que contienen cadáveres, los cuales fueron analizados por antropólogos. Se le harán pruebas de ADN, para ofrecerles a sus familias el conocer donde están los restos de sus seres queridos.