Tras la culminación de la primera fase de la mesa única de diálogo, la Iglesia Católica anunció la transición de la segunda fase, que se prevé sea más técnica y de carácter legal. En un comunicado destacó que “la Iglesia Católica, que es casa de todos, al ser convocada por el Gobierno Nacional, para que mediara en el conflicto sin precedentes que se estaba dando en el país en julio pasado, aceptó ser facilitadora con el compromiso y voluntad de contribuir a la paz social”.
Agregan que desde un primer momento surgieron posiciones encontradas sobre el rol de la Iglesia Católica en este proceso, sin embargo, en todo momento, a pesar de ciertas incomprensiones, intenta siempre ser puente entre las partes y facilitar el diálogo que se estaba desarrollando, sin emitir juicios ni apoyar a uno u otro sector, y tratando de mantener el respeto y la libre expresión como signo de lo que se estaba construyendo. La Iglesia Católica, en el mundo y en Panamá, ha sido históricamente promotora y actora principal en la búsqueda de caminos de consenso ante los conflictos porque, como madre, maestra y samaritana no puede ser indiferente ante el dolor, las luchas y la confrontación que sufren sus hijos. Por eso el equipo facilitador, en representación de la Iglesia católica, asumió este difícil compromiso.
Al llegar a este punto, es necesario hacer un balance de la primera fase del diálogo de la mesa única antes de iniciar la segunda fase que será decisiva para ir realmente delineando el camino de transformación que necesita nuestro país. El diálogo mismo, y este con grandes posibilidades de ser considerado histórico y único en Panamá, es el principal de los frutos que nos deja esta primera fase de la mesa única.
“Haber estado sentados por casi 50 días en estos dos meses, es el principal logro. Ha sido el primer paso de lo que puede ser un gran camino en nuestro país, el inicio de una cultura de paz y de diálogo para lograr una verdadera transformación del país”, resaltó el texto.
Señalan que el proceso donde la confianza entre todos los actores sociales no as nada fácil, pero es fundamental para cualquier avance; el pesimismo y la sospecha se levantan como grandes muros; sin embargo, quienes tenemos fe y confiamos en la buena voluntad de los seres humanos, sabemos que si es posible. Basta con la decisión y la acción positiva de ciudadanos que levanten la bandera del bien común para construir un país justo, equitativo, fraterno, solidario, por el que lucha cada persona en este territorio bendecido. Así entendemos este diálogo, y es en lo que esperamos que se convierta al final.
Por mas pequeña que fuese la posibilidad de contribuir a salir de la crisis que nos estaba afectando a todos, la Iglesia Católica estuvo y siempre estará dispuesta a servir para que se logre un camino de paz y sin engaños, con todos los sectores del país, sin excluir a ningún grupo as ninguna región de Panamá. Por eso, con gran alegría, convocamos al inicio de la segunda fase de este diálogo donde, como anunciamos desde el primer momento, está abierto a la participación de todos los representantes de la sociedad. Por eso, desde este momento se abre un periodo de transición para la mejor preparación de esta ya inminente segunda fase.
Al agradecimiento a todos los adores que participaron en la primera fase y que hicieron posible esta experiencia Única, debemos añadir un agradecimiento especial a la Iglesia penonomeña, a su obispo, monseñor Edgardo Cedeño y a los laicos, voluntarios que dieron su tiempo y sus capacidades humanas para servirle a Dios a los hermanos que vivían en una difícil situación. Son un ejemplo de hermandad, servicio y hospitalidad en tiempos de tormenta. Dios les bendiga siempre.
"Iniciamos ahora ahora la tan anhelada segunda fase. La Iglesia Católica reitera su compromiso de acompañar cada aspecto de este nuevo peldaño en el combate a la inequidad, la exclusión social, y la corrupción en la que todos, de una u otra forma tenemos responsabilidad", culminó el comunicado.