La Unión Nacional de Padres de Familia, representada por Ariel Hughes, alertó sobre la gravedad de la violencia, el pandillerismo y el acoso en los centros educativos del país, y cuestionó la inacción del Ministerio de Educación (MEDUCA) ante hechos que han dejado incluso estudiantes muertos.
Una problemática creciente en los centros educativos
Según la Defensoría del Pueblo, el 48% de los estudiantes han sufrido algún tipo de violencia o acoso dentro de los colegios. Sin embargo, Hughes critica que los programas implementados por el MEDUCA en los últimos años como la promesa de policías en todos los planteles o el programa “Jóvenes en contra del delito” no han tenido resultados concretos.
El dirigente subrayó que la educación y la seguridad en los colegios no son responsabilidad exclusiva de los padres, aunque aceptan su corresponsabilidad.
“Las escuelas no son un cuido. Los padres debemos involucrarnos, pero el Estado tiene la obligación constitucional de garantizar seguridad y educación de calidad”, recordó Hughes, citando los artículos 91 y 94 de la Constitución.
Cinco acciones urgentes para MEDUCA
Hughes propuso un plan estratégico de seguridad escolar que incluya:
-
Protocolos de prevención y control de violencia y pandillerismo.
Coordinación interinstitucional con Policía y autoridades educativas.
Fondos específicos para seguridad escolar.
Resocialización de estudiantes agresores, no solo expulsión.
Investigación administrativa y responsabilidad penal de quienes fallen en la gestión.
Padres y sociedad: corresponsables, pero con límites
Aunque los padres deben educar y guiar a sus hijos, Hughes enfatiza que la situación actual supera su rol. Revisar mochilas, señaló, es insuficiente frente a la introducción de armas de fuego y blancas en los colegios y al crecimiento de la violencia.
Llamado a la acción
Hughes instó a la Asamblea Nacional y al Ministerio de Educación a crear reformas efectivas y escuchar a los padres de familia. Según él, la reciente apertura de una subcomisión en educación es una oportunidad, pero aún falta voluntad política y seguimiento real.