El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, evocó la doctrina del "destino manifiesto", un concepto del siglo XIX que promueve la expansión territorial de su nación, desde el canal de Panamá hasta Marte. En su discurso de investidura, Trump destacó el inicio de una "era dorada" para EE.UU., con el ambicioso objetivo de que el país se convierta en "la envidia de todos los países".
Expertos como Graham Allison, de la Universidad de Harvard, sugirieron que la administración Trump podría presionar para "tomar las riendas" del canal de Panamá, lo que implicaría una nueva ronda de negociaciones entre ambos países.
El discurso también subrayó la retórica imperialista del presidente, con promesas de expandir el territorio estadounidense hasta el planeta Marte, en una clara referencia al concepto de "destino manifiesto" que buscaba justificar la expansión hacia el oeste de EE.UU. en el siglo XIX.
Doctrina colonialista
Este resurgimiento de una doctrina colonialista podría complicar las relaciones internacionales de EE.UU., en un momento en que la competencia con China se considera su principal desafío global. Algunos analistas advierten que centrarse en la expansión territorial podría desviar la atención de los verdaderos retos geopolíticos, como las crecientes tensiones con Pekín y la crisis en Ucrania.