En medio de una multitud desbordada, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, marcha este domingo en pleno centro de Ciudad de México liderando una inusual manifestación a la que convocó para celebrar los cuatro años de su mandato.
Decenas de miles de simpatizantes caminaban vistiendo camisas y gorras moradas, el color del partido oficialista Morena, y portando pancartas y numerosas banderas con emblemas partidarios.
En la vasta explanada del Zócalo, la plaza principal de la ciudad, donde se habilitó un escenario y bandas de mariachi entretenían a la creciente multitud, María Reina Rodríguez, una jubilada de 74 años, festejaba cantando.
López Obrador "es un gran hombre que se preocupa por los de abajo. Yo soy de abajo", dijo Rodríguez, quien asegura que el gobierno aumentó su pensión y ahora puede vivir "con dignidad".
La movilización, vista por analistas como una demostración de fuerza de cara a las elecciones de 2024, atiborraba al menos cuatro kilómetros de avenidas desde la céntrica glorieta del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo.
Acompañaban al presidente, entre otros, el canciller Marcelo Ebrard, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, los tres aspirantes del oficialismo a sucederlo en la presidencia.
El ambiente era tumultuoso pero festivo, con músicos tocando canciones tradicionales y con la palabra AMLO -el acrónimo del presidente- replicada en camisetas, gorros y carteles de sus partidarios llegados de diversos puntos del país.
Carla Bernal, estudiante de 30 años de Ixtapaluca, estado de México (centro), agradece las becas para sus hermanos y la pensión para su abuela facilitadas por esta administración.
"Hace muchos años que él (AMLO) está en la lucha y yo y mi familia lo apoyamos completamente", dijo a la AFP, también desde la plaza principal.
- "AMLO, tú me representas" -
"AMLO, tú me representas, no los conservadores", decía uno de los mensajes escritos en las pancartas de los simpatizantes.
Se trata de la primera gran manifestación oficialista durante el gobierno de López Obrador, que cabalga sobre una popularidad de 59%, según un promedio de encuestas realizado por la firma Oráculus.
Ocurre dos semanas después de que la oposición movilizara a decenas de miles de personas en Ciudad de México contra un proyecto de reforma electoral.
Esta marcha de la oposición se convirtió en una expresión de rechazo al primer gobernante de izquierda de México, que basa su popularidad en amplios programas sociales.
AMLO niega que la marcha de este domingo sea una respuesta al desafío opositor del 13 de noviembre y asegura que es para "celebrar" logros en los ámbitos social, económico e incluso de seguridad.
Tras la marcha, el gobernante presentará su informe anual en el Zócalo, punto culminante del acto.
AMLO quiere "mostrar un músculo" político, comentó a la AFP Fernando Dworak, analista del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
"Fue un grave error de la oposición creer que se le puede vencer en la calle al presidente", añadió Dworak.
- Aceitar la maquinaria -
La movilización también se produce en un ambiente de campaña adelantada.
El presidente "sabe (...) que para que pueda ganar elecciones necesita una maquinaria aceitada, que funcione todo el tiempo", declaró por su parte el investigador de la universidad Tecnológica de Monterrey, Gustavo López.
Ese propósito se ve favorecido por la falta de liderazgos fuertes en la oposición, que se ha agrupado en la plataforma "Va por México", conformada por el otrora hegemónico PRI, el derechista Acción Nacional y el PRD (izquierda).
Esta alianza se ha resquebrajado por el apoyo legislativo del PRI a algunas iniciativas gubernamentales.
Sin embargo, ha vuelto a dar señales de unidad por su rechazo a la propuesta de AMLO de reformar el Instituto Electoral (INE), de manera que sus miembros sean elegidos por voto popular y no por los partidos.
En la marcha, muchos de los carteles de los simpatizantes son de apoyo a esta reforma.
El presidente acusa al INE de haber promovido dos supuestos fraudes que lo privaron de la presidencia en 2006 y 2012. Sus adversarios sostienen que en realidad busca acabar con la "independencia" del organismo.
La oposición acusa también a López Obrador de "autoritario" y "populista" y de "militarizar" el país.
El presidente ha confiado al ejercito varias de sus grandes obras de infraestructura y mantiene la participación de los militares en tareas de seguridad, un rol que -según oenegés de derechos humanos- exacerba la violencia del narcotráfico