El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, anunció la tarde de este jueves 17 de febrero el "fin" de la exigencia del pase sanitario, aduciendo que la oleada de contagios vinculada a la variante ómicron de covid-19 disminuye rápidamente.
A comienzos de febrero, el gobierno israelí comunicó que había eliminado la obligación de contar con el 'pasaporte verde' para acceder a cafeterías, restaurantes, bares, centros polideportivos u hoteles, aunque la mantenía para otros sitios, como salas de conciertos y cines.
Esta semana, miles de israelíes se trasladaron a Jerusalén en automóviles y camiones desde varios puntos del país para manifestarse contra las restricciones sanitarias vinculadas a la pandemia, siguiendo la iniciativa nacida en Canadá e imitada en varios países.
Dicho convoy, que pretendía llegar hasta el Parlamento (Knéset) en Jerusalén, provocó el lunes grandes embotellamientos de tráfico, con un concierto de cláxones como música de fondo, habían constatado periodistas de la AFP.
Israel fue uno de los primeros Estados en lanzar una gran campaña de vacunación, en diciembre de 2020, merced a un acuerdo con el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer.
Actualmente, casi la mitad de su población ha recibido tres dosis de dicha vacuna, lo que, de acuerdo a las autoridades sanitarias, contribuyó a acotar el número de internaciones en el punto álgido de la oleada de la variante ómicron.
Hacia fines de enero, las autoridades habían anunciado que aquellos mayores de 18 años inmunodeprimidos o en primera línea de la lucha contra el coronavirus podrían acceder a una cuarta dosis de suero. Hasta entonces, alrededor de 600.000 personas habían sido inoculadas por cuarta vez, sobre una población de 9,4 millones de habitantes.
Naftali Bennett ha repetido en varias ocasiones durante las últimas semanas que quiere combatir al coronavirus, pero ante todo fomentando la vacunación y sin "bloquear" a la economía del país, que se contrajo mucho en los primeros meses de pandemia.