La cifra de palestinos muertos en la guerra entre Israel y Hamás supera los 20.000, dicen autoridades de salud en la Franja de Gaza gobernada por Hamás.
Más de medio millón de personas en Gaza — una cuarta parte de la población — está sufriendo de hambruna, según un reporte emitido el jueves por Naciones Unidas y otras agencias.
Pese a la urgencia de la situación, el Consejo de Seguridad de la ONU postergó la noche del jueves nuevamente la votación sobre una resolución sobre el envío de ayuda humanitaria, tras varios días de negociaciones de alto nivel.
Estados Unidos, que tiene poder de veto, ha rechazado pedidos de un cese de fuego inmediato y el otorgamiento a la ONU de la responsabilidad exclusiva para inspeccionar los envíos de ayuda humanitaria. Israel, por razones de seguridad, insiste en que debe tener la posibilidad de inspeccionar el transporte de materiales.
Estados Unidos dice que respalda una versión modificada de la resolución que pide “crear las condiciones” para un cese de fuego, en vez de un cese inmediato de las hostilidades. Otros países apoyan un lenguaje más fuerte y dicen que tendrán que consultar con sus gobiernos para la votación, que ahora está programada para el viernes.
Martin Griffiths, director de asuntos humanitarios de la ONU, lamentó la inacción mundial.
Pese a los pedidos de un cese de fuego, Israel ha dicho que continuará con su ofensiva hasta destruir a Hamás, que ha gobernado la Franja de Gaza por 16 años.
Las fuerzas israelíes dicen que habrá meses más de lucha en el sur de Gaza, un área llena con la mayoría de los 2,3 millones de habitantes en Gaza, muchos de los cuales recibieron órdenes de abandonar la parte norte del territorio en las primeras etapas de la guerra.
Desde entonces, las órdenes de evacuación han empujado a la gente a zonas cada vez más restringidas del sur mientras las fuerzas israelíes se enfocan en Jan Yunis, la segunda ciudad más grande de Gaza. Las fuerzas israelíes dijeron el jueves en la noche que enviarán más efectivos en tierra, incluyendo ingenieros de combate, a Jan Yunis para combatir a milicianos de Hamás en tierra y en sus túneles.
El viernes, el ejército israelí ordenó a decenas de miles de residentes a abandonar sus viviendas en Burej, un campamento de refugiados urbano, y sus alrededores, ubicado dentro del territorio al que Israel originalmente le dijo a la gente que se dirigiera.
La campaña por aire y tierra continuaba también en el norte, aunque Israel dice que está en las etapas finales de despejar a los milicianos de Hamás de allí.
Mustafa Abu Taha, un agricultor palestino, dijo que las batallas terrestres y los bombardeos han continuado en Shijaiyah, un vecindario de Ciudad Gaza, añadiendo que muchas zonas ya son inaccesibles debido a los masivos daños causados por los ataques aéreos.
En la ciudad de Rafah, en la frontera con Egipto, un bombardeo contra una casa mató a seis personas, incluyendo un niñito, según periodistas de Associated Press que vieron los cuerpos en un hospital. Rafah es uno de los pocos lugares en Gaza que no está bajo órdenes de evacuación, pero ha sido objeto de bombardeos israelíes casi a diario.
El Ministerio de Salud de Gaza dijo el viernes que ha documentado 20.057 defunciones causadas por la guerra. El conteo no distingue entre civiles y combatientes. Previamente ha dicho que aproximadamente dos tercios de los muertos eran mujeres o menores de edad. Añadió que 53.320 palestinos han sido heridos.
Israel declaró la guerra luego que milicianos de Hamás irrumpieron en territorio israelí el 7 de octubre y masacraron a unas 1.200 personas – en su mayoría civiles – y secuestraron a unas 240.
Israel culpa a Hamás por la alta cifra de víctimas civiles, al señalar que el grupo ataca y luego se esconde entre zonas residenciales.
Israel dice que 139 soldados suyos han caído en combate durante su ofensiva terrestre, y que ha matado a miles de milicianos de Hamás, incluso unos 2.000 en las últimas tres semanas, aunque no ha presentado evidencias.
Entretanto, gradualmente el jueves eran restablecidos los servicios de teléfono e internet, tras el más reciente apagón de 35 horas.
Las numerosas interrupciones de las telecomunicaciones han impedido el envío de ayuda humanitaria en Gaza.
“No hay peor que esto”, declaró Arif Husain, economista del Programa Mundial de Alimentos. “Nunca he visto algo a la magnitud de lo que está ocurriendo en Gaza, y con tal velocidad”.
La guerra también ha causado el colapso del sistema de salud de Gaza.
Solo nueve de sus 36 instalaciones médicas están funcionando, parcialmente, y todas están ubicadas en el sur, según la Organización de la Salud.
La agencia reportó un aumento pronunciado de enfermedades infecciosas en Gaza, incluyendo una quintuplicación de casos de diarrea, particularmente entre niños pequeños, comparado con la situación antes del conflicto. Añadió que han aumentado las infecciones respiratorias, la meningitis, irritaciones de la piel, sarna, piojos y varicela.
“Debido al colapso del sistema de salud, quienes tienen una mortífera combinación de hambre y enfermedad tienen pocas opciones”, dice.
Personal de la OMS reporta situaciones “insoportables” en dos hospitales en el norte de Gaza: Pacientes incapacitados en sus camas suplicando agua, los pocos médicos y enfermeras que quedan no tienen equipos ni materiales, y cadáveres apilados en el patio.
Las fuerzas israelíes han allanado varias instalaciones médicas en el norte en semanas recientes, deteniendo a hombres para interrogarlos y expulsando a otros.
El jueves, los soldados allanaron un centro de ambulancias de la Media Luna Roja palestina en el campamento de refugiados Jabaliya, llevándose a paramédicos y conductores de ambulancias, afirmó el grupo. El viernes, la Media Luna Roja dijo que el ejército liberó a algunos de los paramédicos, entre ellos mujeres, pero que ocho seguían detenidos y se desconoce su paradero.