Los sindicatos en Francia convocaron el jueves a más protestas para la próxima semana, cuando estará de visita el rey Carlos III de Inglaterra.
Las autoridades francesas dicen que 119.000 personas marcharon por la capital. El Ministerio del Interior dijo que fue la marcha más voluminosa en la historia de París.
Más de un millón de personas se sumaron a marchas en distintas partes del país, indicó el ministerio.
Manifestaciones rodean visita del rey Carlos III a Francia
Los disturbios en Francia le han restado lustre al primer viaje al extranjero del rey Carlos III como monarca, con trabajadores en huelga que se niegan a desdoblar alfombras rojas en medio de protestas por la reforma a las pensiones y críticos que piden que se cancele la visita por completo.
Carlos tiene previsto emprender el viaje a partir del domingo a nombre del gobierno del primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak. Se esperaba que una glamorosa gira real subrayara los esfuerzos para reforzar los lazos anglo-franceses afectados por el Brexit.
Pero la furia por la determinación del presidente francés Emmanuel Macron de aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años ha empañado lo que se suponía sería una muestra de bonhomía y amistad. En cambio, la visita de Carlos se ve como un despliegue innecesario de privilegios hereditarios.
Con montones de basura sin recolectar a lo largo de los bulevares que alguna vez fueron prístinos de la capital francesa, los observadores dicen que el paisaje no podría ser peor, tanto para Carlos como para Macron.
El sindicato francés CGT anunció esta semana que sus miembros en Mobilier National, la institución encargada de proporcionar alfombras rojas, banderas y muebles para los edificios públicos, desairarían una recepción dominical para el rey a su llegada a París.
El Palacio del Elíseo, la residencia oficial del presidente francés, dijo que los trabajadores que no están en huelga prepararían el equipo necesario para el viaje.
Macron: la reforma de las pensiones debe aplicarse este año
Planeado desde hace meses, el elegante itinerario de Carlos con la reina consorte Camila para el viaje del 26 al 29 de marzo incluye una visita al Musee d’Orsay, una ceremonia de colocación de una ofrenda floral el Arco del Triunfo y una lujosa cena en la antigua residencia real, el Palacio de Versalles.
El opulento Versalles, que alguna vez fue el centro deslumbrante de la Europa real y un punto focal de la Revolución Francesa, es un símbolo perdurable de las desigualdades sociales y el exceso.
Macron enfrenta ahora una reacción violenta de la población por impulsar un proyecto de ley que eleva la edad de jubilación sin una votación parlamentaria. Algunos opositores acusan al presidente de estar fuera de contacto con la población, y Carlos no se ha librado de críticas similares a medida que continuaron las protestas esta semana.
Para limitar la posibilidad de interrupciones en la cena real, se espera que la seguridad sea muy estricta alrededor de Versalles. En 2020, manifestantes se enfrentaron con la policía en sus majestuosos adoquines en medio de un proyecto de ley de reforma de pensiones anterior.
Los disturbios y las exigencias de que Carlos se mantenga alejado seguramente causarán inquietud en Londres. En noviembre, cuando hacía una caminata en York, Inglaterra, alguien en medio de una multitud de manifestantes enojados le arrojó huevos.
Los franceses han mantenido una relación de amor y odio con los reyes desde que guillotinaron al rey Luis XVI en 1793. Por lo general, a las reinas les ha ido mejor desde entonces. La reina Isabel II, la madre de Carlos, era una figura muy popular en Francia, el país europeo que más visitó antes de su muerte el año pasado.