El expresidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) entró en una huelga de hambre y repudió la intervención policial y militar que se ejecutó en la víspera en el principal punto de bloqueo de carreteras y la captura de 66 de sus seguidores, a quienes el Gobierno los investigará por “terrorismo”.
La acción de las fuerzas de seguridad logró la detención de 66 personas que bloqueaban la ruta, de las cuales 56 fueron trasladadas hasta La Paz, sede de Gobierno, para ser procesadas por el delito de terrorismo, informó el ministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo, en la víspera.
“Semejante intervención policial y militar en Parotani, por tierra y por aire, por ambos lados (de la ruta) prácticamente toda esa carretera militarizada. El Gobierno tiene derecho a garantizar el libre tránsito, por supuesto, pero con semejante represión (es) una nueva provocación por parte del Gobierno”, dijo el expresidente a la radio Kawsachun Coca.
Repudió la aprehensión de sus seguidores
El exmandatario repudió la aprehensión de sus seguidores durante el operativo policial y militar y su traslado a La Paz, y comparó esta acción con las medidas que tomaba el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-2003) cuando Morales era cocalero en el Trópico.
“Pobres compañeros, con su camisita, todo el día sin comer y los presenta como terroristas, por favor, está loco el ministro (del Castillo), es un escándalo. Felizmente, un grupo de abogados voluntarios se ha reunido y vamos a pelear la liberación”, manifestó el exmandatario.
Morales pidió a sus seguidores que consideren hacer una pausa en los bloqueos para evitar “hechos de sangre” ante el avance del operativo policial y militar.