El féretro del papa Francisco, llevado en procesión a hombros por los 'sediarios' pontificios y escoltado por la Guardia Suiza, llegó a la basílica de San Pedro, donde será colocado el Altar de la Confesión para que los fieles puedan darle el último adiós.
La procesión recorrió la plaza de Santa Marta y la plaza de los Protomartires Romanos y atraversó el Arco de las Campanas hasta salir a la plaza de San Pedro y entró en la Basílica Vaticana por la puerta central.
El féretro estaba precedida por los cardenales presentes en Roma mientras que la cerraban las personas que más cerca estuvieron del pontífice, sus secretarios y sus asistentes.