El terreno bajo la mitad de las principales ciudades en China sufre un hundimiento, de moderado a grave, que afecta a casi un tercio de la población urbana del país, un fenómeno asociado a causas humanas como la extracción de aguas subterráneas o el peso de los edificios.
En las últimas décadas, ese país ha experimentado una de las expansiones urbanas más rápidas y extensas de la historia de la humanidad, pero "puede verse amenazada por el hundimiento del terreno", escribe el equipo investigador.
Hundimiento en China
De los terrenos urbanos examinados, un 45 % se está hundiendo más de 3 milímetros al año y un 16 % más de 10 milímetros, lo que afecta a un 29 % y a un 7 % de la población urbana, respectivamente.
Las ciudades más afectadas son Pekín y Tianjin, donde el hundimiento es de diez milímetros anuales o más, destaca un artículo de análisis que publica Science junto al estudio y que firman expertos del Instituto Politécnico de Virginia (EE.UU.) y de la Universidad de East Anglia (Reino Unido).
Las ciudades costeras como Tianjin se ven especialmente afectadas a medida que el hundimiento de la tierra refuerza el cambio climático y la subida del nivel del mar. Shanghai, la ciudad más grande de China, se ha hundido hasta tres metros en el último siglo y en la actualidad sigue haciéndolo.
La investigación mira también hacia el futuro y advierte de que para 2120, entre un 22 y 26 % de las tierras en la costa (de un 9 a 11 % de la población costera) tendrán una elevación relativa inferior al nivel del mar, debido al efecto combinado del hundimiento de las ciudades y la subida del nivel del mar.
Riesgos del hundimiento
Si el hundimiento se combina con la subida del nivel del mar, "el área urbana de China por debajo del nivel del mar podría triplicarse en 2120, afectando a entre 55 y 128 millones de residentes. Esto podría ser catastrófico sin una respuesta social contundente", señala la Universidad de East Anglia, en referencia a su artículo explicativo.
El hundimiento del terreno supone un mayor riesgo para carreteras, pistas de aterrizaje, cimientos de edificios, líneas ferroviarias y tuberías, entre otras infraestructuras.
Los resultados del estudio sugieren que este proceso de hundimiento está asociado a una serie de factores antropogénicos. El principal sería la extracción de aguas subterráneas, lo que hace descender el nivel freático, junto a la geología y el peso de los edificios.
Las mediciones se tomaron con un radar interferométrico de apertura sintética (InSAR) del satélite Sentinel-1, que utiliza impulsos de radar de alta precisión para medir el cambio en la distancia entre el satélite y la superficie del terreno y puede detectar cambios relativamente pequeños. Además se emplearon datos GPS terrestres.