El presidente de Chile, Gabriel Boric, puso en marcha el miércoles una comisión para "la paz y el entendimiento" que buscará resolver el conflicto con comunidades mapuche del sur del país, una zona golpeada por la violencia y ataques incendiarios.
Su función no será elaborar diagnósticos, sino llevar un proceso de diálogo con todos los actores y recoger recomendaciones en la materia, dijo.
El lanzamiento de la comisión, compuesta por ocho miembros y que operará hasta fines de 2024, se llevó a cabo en el palacio presidencial de La Moneda, y contó con la asistencia y firma de todos los partidos políticos, desde el Comunista hasta el Partido Republicano, de extrema derecha. Algo llamativo en un país marcado por la división y polarización de los últimos años.
Éste es un nuevo intento por alcanzar la paz en las regiones de La Araucanía, del Biobío y Los Ríos, que viven un recrudecimiento de ataques incendiarios contra iglesias, escuelas, viviendas e instalaciones forestales, reivindicados por grupos armados que enarbolan la causa mapuche.
Eso en el marco de un conflicto histórico por la demanda de tierras que grupos mapuches radicales consideran les pertenecen por derechos ancestrales.
Hasta abril, de acuerdo a datos del gobierno, se registraron 390 ataques en el marco de este conflicto. En 2022, ocurrieron 1.160 atentados, atribuidos algunos por grupos radicales mapuches como la Coordinadora Arauco Malleco (CAM).
Gabriel Boric ha dicho que en la zona operan grupos terroristas y pese, a su renuencia inicial, ha mantenido la presencia militar para vigilar la zona. El martes, su gobierno logró en el Congreso una autorización especial para aplicar esta medida, ya renovada en 25 ocasiones.
A 600 km al sur de Santiago, en la región de La Araucanía se asientan las mayores comunidades indígenas, presentes también en las vecinas regiones de Los Ríos y del Biobío.
La región tiene el doble de los niveles de pobreza que el promedio de Chile. A los reclamos indígenas de tierras, se han sumado también la acción de bandas dedicadas al robo de madera, donde el sector constituye uno de los principales sustentos económicos de esta región.